martes, 28 de junio de 2016

A Ujué desde el Txutxu



Domingo, 26 de junio de 2016


El grupo de canto gregoriano vuelve, como todos los años por estas fechas, a cantar en Ujué. Es una buena excusa para subir desde San Martín de Unx al Txutxu y luego bajar hasta Ujué. El tiempo viene bueno. Fresco pero sin lluvia. El cierzo sopla cortante y ha bajado la temperatura. Un día ideal para andar. 
Son las 07,00 horas. Magán marca 15º y la farmacia 13º. Con el coche nos acercamos a San Martín para iniciar nuestra excursión.

Siémbrame cuando querrás, que a San Juan me segarás. 

Aprovechamos el recorrido que subió Sergismundo a Wikiloc y que nosotros hicimos en enero del 2015, para llegar al Txutxu. 
07,20 horas. El camino desciende desde la curva donde los romeros de Tafalla cantan las auroras el día en que peregrinan a Ujué. 



El camino es bueno, ancho. A nuestra dcha. se suceden los huertos en los que se aprecian los bancales de patatas, tomates y pimientos. 
Vamos ascendiendo suavemente pero sin interrupción. Un perro, detrás de una verja, se desgañita a nuestro paso. El camino, según nos cuenta Sergismundo, es la Pasada 46 de la Cañada de San Martín a Ujué. 
Cuando termina la zona de huertos, un par de piezas de secano y una viña, dan paso al pinar de repoblación. 



Echamos un vistazo a nuestra izda. y descubrimos el Txutxu rodeado de molinos.   



Tres mojones de cañada han sobrevivido al paso del tiempo y las repoblaciones. 
08,10 horas. Llegamos a la carretera que sube a Ujué. Tenemos enfrente el lugar donde almuerza la romería de Tafalla. 
Caminamos un poco por la carretera y hasta la entrada del camino que sube hacia el monte. 
El camino que asciende es bueno. Una pista que sirve para el mantenimiento del parque eólico. Sergismundo dice que éste era la Pasada 25 de la Cañada. 
El monte bajo permite admirar el paisaje. 



Ujué aparece en medio del monte y nos ofrece una imagen diferente. Una cría de corzo, alarmada por nuestras voces, sale corriendo ladera arriba mientras vuelve la cabeza vigilando nuestros movimientos. 

Los jabalíes no eran habituales hasta los años 60 del siglo XX y los ujuetarras achacan su llegada al abandono del monte, que se ha llenado de maleza en nuestros días. Desde que el monte de Ujué se pobló de jabalíes, se empezaron a organizar batidas, destacando un grupo de cazadores guipuzcoanos, procedentes de Tolosa, que duraante varios años acudían a Ujué para atrapar los jabalíes, manteniendo una especie de campeonato en el que se premiaba la pieza mayor, el más  bello y el mayor número de ejemplares. 
Actualmente en el monte de Ujué hay hasta corzos, que han bajado desde la Sierra de Leire y se han establecido en los montes del término. (Los corrales de Ujué y la vida de antaño. Santa María de la Oliveta)(Gaudencio Remón y otros).



En la ladera S. del Txutxu, el pequeño nacimiento que descubrimos hace año y medio, permanece intacto. 



08,50 horas. Cima del Txutxu. Los robles que rodean el vértice geodésico se bambolean por la fuerza del cierzo. 
Salimos del arbolado y observamos el paisaje: Alaiz, la Higa y la Peña Izaga rompen las nubes del norte, que se agarran en sus cimas. Abajo, en el fondo del valle, Lerga y a su dcha Eslava, tienen sus casas acurrucadas alrededor de la iglesia. Los campos ahora son amarillos y marrones. 
El aire, en este caracierzo, viene frío. 



Aprovechamos la protección de los robles y echamos un bocado. 
Bajamos de nuevo por la estrecha senda que hemos subido.



Junto al molino que está al lado del camino, la cruz de piedra sin brazos está medio tirada. 

Llegamos a una pequeña balsa y, para evitar salir a la carretera, tomamos un camino antiguo y empinado que nos llevará hasta la siguiente ladera, donde se encuentra el cementerio.




10,00 horas. Cementerio de Ujué. La puerta está abierta y entramos un momento. Las lápidas, con la imagen de la Virgen, proliferan por todo el campo santo. 



Bajamos por la carreterilla hasta los últimos pinos y entramos en el pueblo. Mikel Burgui, el bloguero de Ujué, está hablando con un labrador. La tormenta del otro día les ha fastidiado y no pueden cosechar la cebada. Da humedad. 
Mikel nos acompaña hasta la plaza y nos acercamos con él al mesón de la Juli a tomar un café mientras hacemos hora para la misa. 



Junto a la puerta de la iglesia, han puesto un cartel anunciando el "acontecimiento musical".



A las 11,30 horas José Luis, el párroco, comienza la misa arropado por los cantos gregorianos. El ábside románico, la imagen de la Virgen y los cantos magníficamente interpretados, crean en el templo una atmósfera indescriptible. 
Después de tomar en el mesón Uxue un merecido aperitivo, emprendemos el regreso a Tafalla. 

En este enlace se puede ver el recorrido de Sergismundo hasta el Txutxu.

Y en este otro nuestro recorrido desde el Txutxu hasta Ujué. 





lunes, 20 de junio de 2016

La Peña Jenáriz (Miranda de Arga)



Domingo, 20 de junio de 2016


En el librito que editó en el año 2000 el Consorcio de la Zona Media para difundir 20 paseos por la comarca, hay uno que siempre me ha llamado la atención: La Peña Jenáriz en Miranda de Arga. El itinerario se balizó y se catalogó como el SL NA-177. Hoy está totalmente abandonado. 
Por casualidad me encontré un recorrido del grupo de montaña Aitonak de Pamplona. Lo modifiqué según mis necesidades, porque ellos viajan en autobús, y lo guardé para hacerlo algún día.
Hoy es ese día.
Son las 08,00 horas. Magán marca 13º y la farmcia 12º. En el cielo hay mucha nube aunque no está previsto que llueva. El cierzo sopla "fresquito" así que, por si acaso, echo ropa en el coche.

Por Santa Margarita, la lluvia más que dar, quita. 

A las 08,20, aparco cerca del Humilladero y salgo del pueblo. Le doy los buenos días a un señor que está sentado al abrigo de la construcción y él me desea "una buena mañana". 
El camino es ancho y bueno. Los vehículos lo transitan para acercarse a las piezas. 


Me detengo un instante y contemplo Miranda vigilada por el imponente torreón.


Unos metros más adelante, diviso por vez primera la Peña Jenáriz. En su cima, el blanco vértice geodésico devuelve la luz del sol y destaca en la oscura mancha del arbolado. 
El camino va subiendo suavemente, pero sin descansos, entre campos de cebadas y trigos. 


Una vez rebasada la solitaria antena, hay que tomar una senda estrecha que sube al cerro. 


09,20 horas. Junto a la cima (557 m) se encuentra la ermita de El Ángel. Solitaria, al borde de la descarnada ladera, no tiene cubierta y, aunque restaurada, se observa que en ella ya no se realiza ninguna actividad.



El interior está limpio y poco transitado. Una piedra sobre una tosca base constituye el antiguo altar.  
Se está bien dentro del recinto. Sus paredes ofrecen un agradable abrigo frente al viento. 
Vuelvo sobre mis pasos y desciendo por la senda que he subido. 
Tomo otro sendero, igual de empinado o más que el anterior, y subo a la loma que tengo enfrente. 



Las vistas desde aquí son espectaculares. 
Salgo a otro camino blanco y comienzo a subir. 



Las barrancadas profundas terminan en los campos de labor. 

  
10,00 horas. Peña Jenáriz (552 m).



El vértice geodésico no ofrece ninguna información de nombre ni altitud. 
Aprovecho el abrigo de su mole para sacar el almuerzo y reponer fuerzas. 
En el N. la sierra del Perdón mira de frente a Alaiz, la Higa e Izaga. Al O., Montejurra se inclina con su sombrero de tres picos. Unas negras nubes van cubriendo el cielo. No traen agua, pero enfrían la mañana. 



Unos metros adelante, junto al rincón de una pieza, descubro un pequeño poste. El único vestigio del SL N 177. El abandono del recorrido es absoluto. 
Caminando por la cresta, entre el cortado y las fincas de cereal, la senda se introduce entre los pinos para salir, a ratos, a campo libre. 



10,30 horas. Jenáriz 2. Los de Aitonak le llaman así a este montículo. Tiene 6 m menos de altitud y han colocado sobre él un pequeño hito. 
Continúo sendero adelante hasta llegar al cruce de caminos. 


Alguna pieza de cebada ya ha sido cosechada. 
Un cartel llama mi atención. 


En el reverso de una tablilla alguien ha puesto los puntos sobre las íes. 



No me doy por aludido y me acerco a echar un vistazo hasta una palomera cercana. 
Vuelvo al cruce y comienzo a bajar hacia Miranda. El camino es de herradura, pero está bueno para andar. 



Paso junto a un colmenar. Estoy de suerte con esta mañana fría. Si hiciera el calor habitual de junio, las abejas andarían rondando por todos lados.
Salgo a un camino blanco y enseguida tuerzo a la izda. para ir a visitar un corral. 



10,55 horas. Corral de Las Valles. No hay nadie aunque se aprecia actividad. Las puertas están abiertas y la construcción bastante deteriorada, pero los excrementos de las ovejas dan fe de que el corral está en uso. 
Continúo bajando. El terreno se despeja. Las encinas y carrascas dan paso a extensas piezas de trigo y colza. 



11,20 horas. Ermita del Cristo. Es el Humilladero del que he salido por la mañana. Está muy bien conservado. En su puerta alguien ha colocado media docena de rosas. El señor que estaba sentado en uno de sus bancos ya no está. 



Me acerco a mirar en su interior. La puerta tiene un sólido candado. La luz del día permite admirar la talla del Cristo. Parece ser que, dada la cercanía al pueblo, se celebra de vez en cuando alguna misa.



Desde el coche, al llegar a la plaza del ayuntamiento, disfruto de la fachada monumental del Palacio de los Colomo, actual Ayuntamiento. Un magnífico edificio de los siglos XVII-XVIII.


En este enlace se puede ver el recorrido de hoy. 


lunes, 13 de junio de 2016

Cuevas de Alaiz y de Diablozulo





Domingo, 12 de junio de 2016


El pasado 4 de abril estuvimos en la cueva de Diablozulo. Le dije a Sergismundo que tenía que ir por allí. Y como hace casi siempre, no sólo fue, sino que planteó un recorrido que ampliaba, y mejoraba, el mío. Me lo envió y, como Damián Muruzábal me tiene dicho que cuando prepare algo por la Valdorba o Alaiz, le avise, pues hoy hemos quedado junto al castillo de Tiebas para ir a las dos cuevas. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 16º y la farmacia 14º. El cielo está blanquecino tirando a gris. Son nubes altas que, conforme avance la mañana, dejarán paso al sol. 

En junio hay día para casar, enviudar y volver a casar. 


Para la 08,30 horas ya estamos aparcados y con las mochilas a la espalda. Vera, la galga, tiene ganas de correr, pero hasta que no salgamos del pueblo tiene que ir atada.


Entramos en el camino de Santiago y echamos un vistazo a la zona de la cueva. Seguiremos por las sendas próximas a la cantera. 


Caminamos por la estrecha senda descubriendo los hitos de la ruta jacobea. 
Llegamos a un punto en el que hay que coger una pequeña senda que sube a las palomeras. 


Aquí se acaba lo bueno. La pendiente es fuerte. La senda, bien marcada, conduce a los puestos. A partir del último, el sendero está más difuminado y obliga a prestar mucha atención. Nosotros llevamos el recorrido descargado en el Gps y eso nos garantiza que subiremos sin pérdida. 
Entramos en el bosque. Los bojes y robles forman una especie de túnel, sombrío y fresco. 
09,15 horas. Cueva de Alaiz. 


Dos moles enormes de roca caliza cierran el entorno. 


A la izda., lo más parecido a una cueva, cierra la pared.
Sergismundo lo describe muy bien en Wikiloc. 

Al llegar a la Cueva de Alaitz, lo primero que impresiona es el silencio. Al salir de la senda cerrada al claro da la sensación de entrar en un sitio cerrado. No estamos en una cueva propiamente dicha, sino en un gran abrigo creado por las rocas, orientado al suroeste, y protegido de lluvias y cierzo. Se han encontrado restos del Magdaleniense (última fase del Paleolítico Superior). Para los que nos somos expertos en la materia, de hace más o menos 10000 años. Tiene dos partes diferenciadas, un poco separadas entre sí, con varias rocas que facilitarían la construcción de empalizadas, paredes y techos para cobijarse.  
Gracias a los restos de sílex encontrado y cenizas de hogueras, han deducido que estuvo habitada por cazadores que desde la boca de la cueva dominaban una extensa zona.  

Descendemos por el mismo sendero hasta las palomeras y salimos camino de Santiago. 


Caminamos en dirección E. Cinco peregrinos franceses vienen hacia nosotros. 

- Bon jour - nos dicen sonrientes 
- Buenos días. ¿A Puente?
- Oui - 
- Buen Camino - les deseamos. 

Caminan rápido. Casi con prisa. 
Poco antes de llegar a Guerendiain, otros dos peregrinos nos saludan moviendo la cabeza. 


10,20 horas. En la iglesia de San Juan, como la última vez, almorzamos a la sombra del porche. 
Antes de subir a Diablozulo, damos una vuelta por el pueblo. Merece la pena. Las casas están muy cuidadas y en cada rincón hay una talla de madera o de piedra, una galera restaurada o cualquier otro ornamento que embellece el lugar. 


La fuente del peregrino, según dice una placa, fue restaurada hace veintitrés años. 
Hace mes y medio que estuvimos por aquí y hemos encontrado un cambio notable. En las esquinas de las casas hay instaladas cámaras de vigilancia y carteles que lo advierten. Todo indica que los amigos de lo ajeno vienen por aquí a algo más que a contemplar la hermosura del pueblo. 
Volvemos a la senda que sube a la cueva. 



Subimos despacio por terreno despejado y nos detenemos de vez en cuando a contemplar la Cuenca de Pamplona. 
Al llegar al cruce de caminos, vemos con preocupación que han puesto una pequeña indicación señalando el camino contrario. Continuamos por el de la izda. y en pocos minutos llegamos.



11,00 horas. Cueva de Diablozulo. 



Damián ha traído una linterna y entramos en el interior. La temperatura baja bruscamente. 



Nos quedamos en la primera sala de la cueva donde se encuentran unas toscas estalactitas. 

Dice Sergismundo en Wikiloc:

La Cueva de Diablozulo sí es una cueva. Después de una breve bajada, avanzamos por distintas galerías hasta un momento en el que paramos. (Más abajo explico por qué). En el interior hay mucha humedad, y encontramos estalactitas, estalagmitas y otras formaciones, que si bien no son de gran relevancia, tienen su importancia. También estuvo habitada. En su interior se han encontrado restos de enterramientos de la Edad del Bronce, que están expuestos en el Museo de Navarra.

La cueva tiene unos recovecos que indican que tiene más profundidad, pero no continuamos. 
Sergismundo en Wikiloc lo deja bien claro:

Otro aspecto a reseñar de la Cueva de Diablozulo, y es el motivo por el que detuvimos nuestro avance, es la presencia de una colonia estable de murciélagos, que habita la cueva, y estaban presentes sobre todo en la última sala de la cueva. Prudentemente nos detuvimos y los dejamos tranquilos. El murciélago es una especie que está en regresión, y no es conveniente ni molestarlos ni interferir en su hábitat. Es preferible visitarlos al caer la tarde, puesto que empiezan su actividad y no se les despierta. Tampoco es conveniente entrar a la cueva en invierno. En esta estación ellos hibernan, y es cuando más vulnerables son.

Bajamos . 
Al llegar al cruce de caminos, tomamos el de la dcha. porque queremos que Damián contemple el roble que está en las cercanías.



El ejemplar es magnífico. Le sorprende gratamente y me dice que ese sí que es un roble de buen tamaño en comparación con el de San Pelayo. 
Bajamos hasta la cantera abandonada. Tenemos dos opciones para el regreso a Tiebas: Volver por la ruta jacobea o bajar al canal y tomar una pista blanca. 
Nos decidimos por la primera opción. 



El sol ya pega fuerte. El sendero que va por la falda de la sierra es sombrío y fresco. Caminamos ligeros, disfrutando del bosque. 




12,30 horas. Tiebas. Al pie del castillo nos despedimos. Hemos disfrutado de una mañana estupenda de monte a sólo veinte minutos de Tafalla. Un lugar que, si lo respetamos, merece la pena conocer. 


En este enlace se puede ver el recorrido de Sergismundo, que es el que hemos seguido nosotros hoy.