domingo, 19 de abril de 2015

Un pozo y un pocico en el Gurrutxo


Domingo, 19 de Abril de 2015

Ha sido un fin de semana tormentoso. A pesar del granizo fino que cayó ayer, decidimos mantener la excursión. En Septiembre del año pasado me informó Sergismundo del descubrimiento de una vieja abejera en el Salobral. Yo tenía mucho interés en que Juanjo la conociera. A la vuelta pasaremos por el Gurrutxo y echaremos un vistazo al pocico que descubrimos nosotros y al pozo grande que descubrió Sergio. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 10º y la farmcia 8º. En el cielo los últimos nubarrones de ayer se resisten a abandonar Tafalla. El día viene bueno para andar aunque, a estas horas, la temperatura es "fresca".

Abril, abrilero; o el pastor pide ayuda al barquero o las ranas mueren en el sequero.

Salimos a la carretera de Artajona y subimos las escaleras junto a la última vivienda. Llegamos al Corral de Chera. 


En la Pedrera, las obras de la planta potabilizadora continúan a buen ritmo.


El solitario depósito parece alegrarse de que se instale un nuevo vecino. 
El camino serpentea entre los verdes campos de cereal y asciende, casi sin darnos cuenta, a la orilla del canal. 
Algunos paseantes van y vienen aprovechando que el terreno es llano. 
Las aguas de ayer tarde han sacado a los caracoles de su letargo y, en gran cantidad, se desplazan lentamente buscando la hierba protectora de los ribazos cercanos.


El trayecto es cómodo. Llegamos al primer puente, luego al segundo y en el tercero cruzamos al otro lado. 
Torcemos a la dcha. y, por viejo camino, salimos a un sembrado. 
Caminamos por la orilla con lentitud. El terreno está blando por las últimas aguas y, además, observamos que muy cerca hay un manantío.


En la parte norte de la pieza está la abejera. Son las 09,00 horas. No es de gran tamaño y está en un estado ruinoso, pero sabíamos que a Juanjo le iba a encantar.
Por senda estrecha subimos al cerro que protege la abejera. La vegetación es exuberante. Los coscojos y las encinas se pelean por el espacio con las zarzas.

19 de Marzo de 1834. Ramón Zulet y Jorge Vides, guardas jurados declaran que ayer de 9 a 10 de la mañana hallaron una caballería menor de Ramón Ydocin, alias Pototo, que estaba en viña de Eusebio Aguirre, término de Salobral. (Fernando Maiora)(Tafalla del reino de Navarra)


La vista hacia el S. es extraordinaria. 
Olite, con la cúpula de la parroquia de San Pedro, abre el horizonte dejando ver la Laguna de Pitillas. El Moncayo luce orgulloso su cima nevada. 
Volvemos a la abejera. 



Unos pocos metros hacia el O. descubrimos, tapadas entre los coscojos, las ruinas de una pequeña caseta. La construcción es buena, pero se ha hundido.



El interior está limpio. Al fondo se puede apreciar una madriguera.
Bajamos de nuevo al canal y lo cruzamos por el mismo puente. Los caminos nos desvían de nuestro objetivo, así que nos vemos obligados a orillar un par de piezas. 



En los cantillos, dice Juanjo, ha florecido el "trío primaveral": El tomillo, la hilaga y el romero.
Cruzamos la carretera de Artajona y nos adentramos en un viejo camino que lleva al Gurrutxo. 
En el punto donde hay que tomar la senda para llegar a las ruinas, se encuentran los dos pozos:



El pozo pequeño está bastante visible y, junto a él, 



el pozo grande, con las paredes de piedra, tiene mala visibilidad porque las zarzas se han apoderado del lugar. 
Ante el abandono y desconocimiento de la existencia de esta construcción, así como de  las fuentes de Porputiain y la de la balsa de Lucas, o el pozo de la balsa de los Ricos, nos planteamos hacer algún día una solicitud al Ayuntamiento para que, de forma controlada, se limpien estos lugares e incluso se señalicen.



10,10 horas. Llegamos al Gurrutxo. Es hora de almorzar. La mañana ha cambiado. El sol brilla con fuerza e ilumina el verdor de los campos cercanos. 




Juanjo se dedica a coger espárragos silvestres. Como ha recogido también algunos caracoles, cuando termina me enseña sus "trofeos".



Subimos al canal y lo orillamos un rato. Por el segundo camino bajamos de vuelta a casa. 
Un conocido está en su finca tirando de azadón. Nos dice que tiene cuatro robadas con olivos, pero que no tiene ni idea de qué variedad son: 
Mientras me den el aceite para el año..., nos dice entre risas. 
Charlamos un rato y seguimos.



Las viejas casetas jalonan el recorrido y los sembrados parecen competir entre sí por quién es el más lucido. 
El camino se pone cuesta abajo y salimos a la entrada del pueblo. 
El domingo que viene es la Romería a Ujué. Un día grande en Tafalla. 


En este enlace se puede ver el recorrido de hoy. 





lunes, 13 de abril de 2015

De Patuca al Portillo del Sastre




Lunes 6 de Abril de 2015


La Semana Santa nos complica todos los años el calendario de salidas al campo. De Ramos a Pascuas nos gusta procesionar y, siempre se ha dicho: no se puede estar repicando y en la procesión. 
Hoy nos apetece dar una vuelta por el Portillo del Sastre. Rosa no nos acompañó cuando estuvimos la última vez y queremos enseñarle el lugar exacto donde se encuentra el Portillo. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 9º y la farmacia 8º. El cielo está cubierto. El frío cierzo de ayer ha cesado. La mañana va a ser agradable para caminar. 

Semana Santa en Marzo, año bellaco; Semana Santa en Abril, año gentil. 

Las calles del casco viejo están desiertas. Hoy es festivo en Tafalla y la actividad comenzará más tarde, como si fuera un domingo cualquiera. 





Junto al aparcamiento del Centro de Salud comienza parte del recorrido que vamos a hacer hoy.



En las yurtas hay varios coches aparcados. El turismo rural se ha incrementado en estas minivacaciones y la prensa habla de que en Navarra casi se ha rozado el "todo completo".
El camino discurre entre piezas de cereal. El campo está precioso. 



Todavía le falta un poco para mostrarse en todo su esplendor, aunque las cebadas verdean, desperezándose, en las suaves lomas que rodean a La Gariposa. 



08,50 horas. Balsa de Patuca. Las aneas pajizas dejan entrever los primeros brotes de las nuevas plantas. Por debajo de ellas, se adivina el agua fresca y limpia. 
El camino es cómodo y amplio. 




La Balsa de los Ricos se encuentra junto a una bifurcación. A la dcha., siguiendo el Sendero Local, se llega hasta el Corral de La Gariposa. Nosotros giramos a la izda. para adentrarnos en el Tajubo y acercarnos a las laderas del Buskil.



Medio escondidas entre unos árboles, las ruinas de una caseta, vigilan el camino que, poco a poco, asciende hacia el Monte. 
Llegamos a media ladera y, aprovechando un viejo camino de herradura, torcemos a la dcha. y contemplamos el Portillo del Sastre. Son las 09,30 horas.




Estamos en un pequeño collado desde el que se divisa parte de la Valdorba.
En la vaguada de la pieza, el agua está encharcada. La vadeamos y subimos hasta las proximidades de una caseta en ruinas.



Las vistas hacia el N. y el S. son magníficas. Sacamos los almuerzos y disfrutamos del paisaje.
Los molinos de la Guindilla y de Guerinda están inmóviles. El bosque de encinas y robles se extiende hasta fundirse con el Caserío de San Lorenzo. 
A la izda. de Tafalla descubrimos el portillo de Solcanto, coronado por Valmediano.



Paseamos la vista por El Plano, Candaraiz y el bocaje de la Gariposa y el Tajubo. 
Nos acercamos a comprobar si sigue tirado el roble que vimos casi recién talado. 




Como un cuerpo yacente, olvidado y despreciado, parece implorarnos un poco de auxilio. 
Volvemos por el otro lado del portillo; la vaguada de la otra pieza tiene más humedad que la del otro lado. 
Con cuidado; poniendo el pie aquí y allí, conseguimos salir secos del atolladero. 
Caminamos por la ladera del Buskil. El paseo es placentero. 



Los quejigos flanquean el camino y nos transportan a otro paisaje. 
No podemos dejar de admirar este pequeño bosque. 
Salimos a terreno despejado y comenzamos a descender. 
Los campos de cereal se adueñan del paisaje. 



La caseta del Churrero vigila nuestros pasos desde su pequeña atalaya. 
10,50 horas. Salimos al camino que viene de la carretera de Artajona y nos acercamos a contemplar la Balsa de Lucas. 



Está rebosante de agua. En la pieza de al lado, de la base de la roca, sale un manantío. 
Rosa aporta un dato interesante: Estas tierras son tan fértiles y tan frescas que los medieros pagan de alquiler a los propietarios como si fueran regadío, aunque estén en secano.
Volvemos para casa. 



En el caserío del Monte o de Camón hay un coche aparcado, pero no vemos a nadie. 

Año 1864. A fines de Noviembre de 1864 el café tafallés organizó una fiesta en el campo en la cual mató un novillo en el Caserío del Monte, de Escolar, Manuel Zala. 
A primeros de Noviembre del año siguiente un grupo de socios del mismo Café fue a Traibuenas donde mató otro novillo Pepe Guirguet y pasó un día de campo. Llevaron la orquesta que solía tocar en el Café donde los bailes. 
Los que animaban más aquella Sociedad y componían los primeros papeles eran el pintor Cosme Arzoz, tío de Pedro Arzoz, y un tal Ignacio Echagüe que bailaba la jota de un modo notable. Era un virtuoso de la jota, hasta el punto de que las compañías de teatro solicitaban su concurso y el día que se anunciaba Echagüe como bailarín, se llenaba la sala. (D. Angel Morrás)(Escenas de la vida tafallesa).



Junto al cartel indicador del sendero, tomamos el camino de abajo y pasamos al lado de la Balsa del Monte.



A las 11,40 horas llegamos al Corral de los Toros. 




Descendemos torciendo a la derecha y cruzamos el Canal. 
Las viñas y las piezas de cereal se suceden en el Salobral. 



Cuando llegamos a la carretera, observamos un momento el pequeño puente que se hizo para que las aguas de la vieja fuente del Salobral pudieran desembocar en el barranco del Abaco. 
Caminamos un trecho por la carretera y, antes de llegar a la curva que enlaza con la bajada de Las Torres, nos adentramos por el camino de Las Losillas para seguir el cauce del Abaco. 
Bajo los chopos, el camino cada vez se cierra más.



En la orilla del barranco, unos zarzales de gran tamaño casi ocultan dos mesas de obra que en su día harían de este espacio un agradable merendero. 
Salimos a la trasera de las naves industriales y, sorteando obstáculos y matorrales, pisamos el asfalto. 
12,30 horas. Entramos en el pueblo. El sol, tímidamente, se va imponiendo a las nubes. Algunos paseantes salen a dar una vuelta y se sorprenden de que nosotros volvamos. Ha sido una buena mañana. 


En este enlace se pude ver el recorrido de hoy.