martes, 27 de enero de 2015

Un Nacimiento en el Txutxo (Ujué)



Domingo, 25 de Enero de 2015


Hoy nos vamos otra vez a las tierras de Ujué. Llevaba varios días sin tener noticias de nuestro buen amigo Sergismundo, pero la última excursión por las casetas de San Lorenzo le hizo salir de su "escondrijo". Aprovechó el correo para enviarme tres paseos. Uno de ellos es el de hoy: Subir al Txutxu por las cañadas. 
A este monte hemos llegado desde todas las vertientes, pero el camino que propone Sergio nos resulta muy interesante. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 3º y la farmacia 2º. El cielo está despejado. El cierzo frío hace que el termómetro engañe. 

En Agosto y Enero no tomes el sol sin sombrero. 

A las 08,20 horas aparcamos en San Martín de Unx. 
Dejamos el coche junto a la calle de los Huertos y descendemos hasta el fondo del valle. 



Cruzamos el barranco que viene del Alto de Lerga. 
Por buen camino, comenzamos a subir junto a huertos bien cuidados. 
Detrás de una malla, dos perros se desgañitan a nuestro paso.



El camino zigzaguea y damos vista al primer mojón de la cañada. Estamos recorriendo la Pasada 46 de la Cañada de San Martín según indica Sergio en Wikiloc. 




09,30 horas. Salimos a la carretera de Ujué, enfrente de donde paran a almorzar los romeros de Tafalla. 
Por la ladera del monte subimos al camino que va al Txutxo. 
Sergismundo en su recorrido dice: "y asciende hacia la sierra, donde se une con la Pasada 25 (cañada que une la Cañada Real de Murillo el Fruto a Salazar, con la Traviesa 9 que viene de Tafalla). La Pasada 25, hoy día es en parte camino de molinos, y nos lleva directamente a la base del Txutxo Alto".
Al abrigo del monte, el camino es placentero. Metro a metro el paisaje hacia el sur se va ampliando. El día claro permite ver al Moncayo completamente blanco.



El monte hace una vaguada y el cierzo nos azota sin compasión. Como si quisiera compensarnos, nos ofrece una vista espectacular del Pirineo.

Antes de llegar al último molino divisamos a nuestra dcha. la ruinas del Corral de Úriz.
"La medicina más usual en los corrales era el vino, el vinagre y la sal. El zotal también era requerido, incluso para el dolor de muelas.Éstas se sacaban en los corrales. ¿Cómo? Se ataba un hilo fino y resistente a la muela enferma, el otro extremo se ataba a un punto fijo y, de repente, el "sacamuelas" acercaba un tizón encendido a la cara del interfecto, que la apartaba con violencia. Así se arrancaba la muela limpiamente. Después, el caño de una pluma de gallina y unas gotas de zotal, y trabajo hecho. También se usaban telarañas para las heridas que sangraban. Cuanto más viejas y recias mejor. Tenían efectos coagulantes y antisépticos. Puede parecer repugnante, raro o risible, pero funcionaba. Ahora se ha comprobado que la tela de araña tiene un componente que acelera la coagulación. Tampoco iban tan desorientados los ujuetarras". (Gaudencio Remón y tres autores más)(Los corrales de Ujué y la vida de antaño).



10,00 horas. Cruz de piedra. Se encuentra junto a un molino. Cuando aún no existía el parque eólico, se encontraba a la orilla del viejo camino. Al hacer las pistas para colocar los molinos, tuvieron la sensibilidad de respetarla y colocarla muy cerca del inicio de la senda que sube a la cima.
Nos adentramos en el monte. Subimos despacio, saboreando el paisaje. Salimos de nuevo a la pista, la cruzamos y volvemos a la senda.

A pocos metros de la cumbre hay un pozo en ruinas. Se usaría para almacenar la nieve.
10,15 horas. Txutxo Alto. 932 mt de altitud. Un vértice geodésico, similar al Buskil, se deja ver entre los robles que pueblan la cima.
Las vistas, a pesar de los árboles, son increíbles. Por encima del Arangoiti, la cordillera pirenaica, reluciente, se recorta en un frío cielo azul. Izaga, la Higa y Alaiz se suman al espectáculo. La ladera norte del Txutxo conserva la nieve.

Un poco más cerca, la silueta de Ujué emerge sobre las tierras llanas del Aragón.
En el carasol se está bien. Han colocado un pequeño Nacimiento protegido con un cristal. Aprovechamos el abrigo para echar un bocado.


Por la misma senda que hemos subido volvemos hasta la cruz de piedra y de allí, por otra pista, llegamos a un molino y nos acercamos a la muga con San Martín.
Desde este punto bajamos hacia el fondo del valle junto a la cerca que cierra el paraje de la Fuente de los Ángeles. Ya conocíamos este tramo porque en julio de 2013 seguimos un interesantísimo recorrido que hizo Patxi Olite.

11,30 horas. Saltamos la alambrada y continuamos por la senda que se abre en medio del robledal. El paseo cambia radicalmente. Este bosque tiene un encanto especial. Vamos por la orilla de una pequeña regata entre robles, encinas y enebros.
En diez minutos llegamos a la fuente.
Dos fornidos robles parecen custodiar el pequeño caño que echa un chorrillo de agua tratando, sin conseguirlo, de deshelar la balsa vecina.
En esta hondonada no ha entrado todavía el sol. Hace un frío seco, cortante.
Continuamos por el camino y salimos a una campa.
El abrevadero que construyeron para el ganado tiene un bloque de hielo imposible de romper con los bastones.
12,15 horas.Después de pasar un par de verjas, salimos a la carretera de Ujué y volvemos a entrar en el camino de los huertos.
Poco antes de llegar el pueblo, un hortelano está layando. Al escuchar el clic de la cámara, se vuelve intrigado.
12,40 horas. Entramos en el pueblo. El día está radiante. La nieve y el hielo se han quedado en el monte.








lunes, 19 de enero de 2015

Gaudí en San Lorenzo




Domingo 18 de Enero de 2015


Anuncian mal tiempo. Otra vez hablan de la "ciclogénesis explosiva", o sea, que puede llover, incluso nevar, con viento y mucho frío. 
Antes de que la Banda comenzase el magnífico concierto de la semana Pre-San Sabastián, le sugerí a Juanjo que podíamos ir al Caserío de San Lorenzo. Está relativamente cerca y, si el día se revuelve, nos podemos volver para casa cuando nos parezca. 

Por San Antón, media hora más de sol. 

Son las 08,00 horas. Magán marca 3º y la farmacia 2º. El cielo está completamente nublado. Hace frío. 


08,25 horas. Fuente del Rey. En los charcos, debajo de los plátanos, hay hielo. El abrevadero tiene el agua cristalina. El lugar sigue limpio. 
Pasamos por debajo de la autopista.
Al llegar al Juncal, nos sorprende el sonido de un cencerro. A la orilla de la balsa, cubierta de zarzas, una caballería está pastando. 
Tomamos el primer camino a la izda. y comenzamos a subir. 
Si quisiéramos visitar la abejera, tendríamos que atravesar un sembrado. El suelo está blando y desechamos la idea. 


En una pieza cercana unas yeguas aprovechan el barbecho para desayunar. El camión del ganadero está aparcado un poco más arriba, aunque no vemos al conductor. 


Nuestro objetivo es llegar a la caseta redonda.


08,45 horas. Caseta redonda de Valgorra. Nos detenemos un momento y recordamos la excursión de la semana pasada a la cabaña de Saturnino Iriarte. La construcción es similar y el uso que se le daba en otro tiempo era el mismo. 
Después de disfrutar de la vista del valle, salimos al viejo camino y continuamos ascendiendo hasta llegar a la pista blanca que atraviesa el parque eólico. 
El camino es largo y monótono. Las cumbres de Alaiz y la Higa están nevadas. 
Tomamos el primer camino que desciende hacia San Lorenzo, pensando que nos llevará al caserío, pero nos aleja a la izda. 


09,55 horas. Fuente de Orrocegui. De su caño sale un buen chorro de agua. 


El agua, limpia como siempre, salta del aska hacia el barranco, buscando el cercano Cidacos. 
Como estamos más abajo del Caserío de San Lorenzo y no queremos llegar hasta allí, nos replanteamos la excursión y nos acercamos a ver unas casetas cercanas. 


Orillamos una pieza y salimos a un colmenar. 
Las abejas, si es que las hay, con este frío no son ningún peligro. 
Salimos a un camino viejo y llegamos a la primera caseta.
10,10 horas. Caseta de los Urquía. Es una lástima que las zarzas y los arbustos se hayan apoderado del sitio. 


Es la primera vez que estamos aquí y la impresión no puede ser más gratificante. Los tres coincidimos es nuestra apreciación: Es estilo Gaudí en versión rústica.


La puerta está abierta y el deterioro en el arco es evidente. 
En su interior cada rincón tiene un detalle. 


A pesar del abandono, la originalidad de la construcción nos maravilla. 


La chimenea todavía tiene algo de leña sin arder. 


En el exterior, a pesar de la maleza, descubrimos una ventana a tono con el resto.



A unos pocos metros está la otra caseta. Es mayor y sería usada para cobijarse y, ésta que abandonamos, para los aperos.
Está casi limpia de maleza, aunque el interior ha sufrido con más intensidad el abandono. 
Todo está hecho con muchísimo gusto. 


La cocina económica, 


el tiro para la chimenea y alguna alacena. 




En el exterior hay una piedra de gran tamaño, junto a una original chimenea que nos sirve para sentarnos y reponer fuerzas. 
La mañana se está revolviendo. 



Por el viejo camino, que se ha convertido en senda, salimos a la carretera en la curva de El Maño. 

8 de Junio de 1892. En este momento llega el juez de levantar el cadáver de un joven de 14 años que se ha encontrado en la muga entre ésta y el Pueyo, muerto a pedradas. Su cabeza estaba materialmente destrozada por una piedra de 20 kgs. que tenía encima. Es hijo del Caserío de San Lorenzo, propiedad del Conde de Guendulain. 
Gracias a las activas pesquisas practicadas por la Guardia Civil de Tafalla, se ha conseguido descubrir a los autores del horroroso crimen cometido en las inmediaciones de aquella ciudad.

2 de Julio de 1892 . No son unos hombres los que han dado muerte a pedradas al niño Martín Elorz Garayoa, sino dos muchachos llamados Agustín Artiega y Pedro Berruezo, de 17 y 16 años respectivamente, natural el primero de Tafalla y del Pueyo el segundo.
Los precoces criminales tenían varias manchas de sangre en las ropas que vestían y esto infundió  a la Guardia Civil sospechas de que ellos fueran los autores del crimen que nos ocupa y poco después de su detención confesaron ser los autores del desgraciado Martín Elorz.
Los detenidos que tenían en su poder una pistola y varias monedas de plata y cobre, han sido puesto a disposición del juzgado de instrucción.
(El Liberal Navarro. Diario de la tarde)

10,55 horas. Cruzamos el Cidacos. El agua está limpia y fría. Juanjo nos dice que ahora es imposible pescar. Los peces se meten en las cuevas y no hay quien les haga salir, por muy buen cebo que lleve. Les pasa un poco como a las personas. Estos días apetece más un buen almuerzo al lado del radiador que andar por el campo descubriendo casetas. 
Por el camino viejo de Pueyo volvemos para casa. 
El campo esta precioso. Una viña emparrada que llega hasta el río ya está podada. 




Un olivar centenario nos ve pasar cuando comienzan a caer los primeros copos. Es una especie de aguanieve. En los altos de Valgorra, la cortina blanquecina que baja con fuerza desde la Valdorba, estará dejando nieve.


11,50 horas. Presa de Rekarte. El agua baja rápida. No es un gran caudal porque llevamos un enero seco, pero alegra la vista. 
Al entrar en el pueblo, Juanjo quiere echar un vistazo al río desde el viejo puente. 



El humilde Cidacos muestra sus galas de invierno en un rincón lleno de melancolía y quietud. 









lunes, 12 de enero de 2015

La Cabaña de Saturnino Iriarte (Artajona)







Domingo 11 de Enero de 2015


En Artajona, muy cerca de la muga con Tafalla, está la Cabaña de Saturnino Iriarte. El amigo Sergismundo me pasó hace tiempo un recorrido que sale de La Sarda y llega hasta allí. Va a ser nuestra primera visita y sabemos de antemano que nos gustará. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 8º y la farmacia 7º. El cielo está bastante nublado. No parece que nos vayamos a mojar pero... nunca se sabe. 

En Enero, bufanda, capa y sombrero.

Juanjo me recoge con el coche y salimos a la carretera de Estella. Hoy vamos solos. 


08,15 horas. Aparcamos junto a la central del parque eólico. Estamos en La Sarda, aunque el cartel indicador nos dice otra cosa ¿La Sorda?. 
El camino es ancho y bueno para andar. Asciende suavemente entre piezas de cereal hasta llegar al pinar. 



Una pequeña repoblación de cipreses destaca del resto de las coníferas. 
Dando una larga curva, salimos a un pequeño collado que da vista a Artajona. 


Cuatro grandes molinos componen el parque eólico experimental que anunciaba el cartel de la central eléctrica. El suave cierzo obliga a las aspas a moverse monótonamente. 
El día gris ofrece una imagen oscura y fría del Cerco y del pueblo. 


08,50 horas. Junto al último molino, o el primero según se mire,  sale la senda que nos llevará entre las dos mugas.


Es un recorrido precioso, jalonado de grandes piedras y alguna rareza en el pinar. 
Poco a poco los árboles van desapareciendo. 
Miramos hacia el S.


Tenemos a nuestros pies el Caserío de La Sarda y enfrente la Laguna de Cascarruejos. 
En el horizonte la visibilidad es escasa. El final del Plano, con el Alto del Predicarero, da paso a las tierras onduladas del Saso. Moncayuelo casi no se distingue. 


En la última muga entre Tafalla y Artajona, la senda cada vez más oculta, comienza el descenso. 
Bajamos a la Cañada y continuamos en dirección N. 


A la dcha. del camino van apareciendo algunos mojones de la vieja cañada.


Cruzamos una zona con agua y, atravesando una pieza, nos acercamos a la cabaña.
09,30 horas. Cabaña de Saturnino Iriarte. 
Al lado de las ruinas del antiguo corral se yergue la pequeña construcción. Rehabilitada hace pocos años, tiene un aire a la Caseta Redonda de Valgorra. 
El entorno está limpio y cuidado. 


Un cartel nos informa de lo que estamos viendo. 
Situada en el término de Pingolotero, a 385 m de altitud. 
Edificio de planta cuadrada con las esquinas redondeadas, cubierta con cúpula de piedra, asentado sobre roca de arenisca. 
Forma parte del corral de Saturnino Iriarte. 
El suelo de losetas de piedra es el original. 



Las paredes gruesas y la puerta orientada hacia el sur permitían protegerse del frío y la humedad. 


En el interior una pequeña hoguera servía para cocinar y calentar la estancia. 
Los pastores residían en estas cabañas sobre todo en los meses de disfrute de hierbas (de Septiembre a Marzo).
Como camastro utilizaban ramas cubiertas con paja. Se abrigaban con pieles de ovejas o mantas.

Aprovechamos el asiento de una roca cercana para almorzar. Unos cazadores suben y bajan por los cerros cercanos azuzando a los perros. En todo el tiempo que llevamos aquí, no hemos oído ni un disparo. Mal va la mañana. 


Damos una vuelta por la ruinas del corral y bajamos hacia el monolito. 


10,10 horas. Es una enorme roca colocada en posición vertical como si fuera un menhir. 


La cara que ha permanecido enterrada contrasta con la que ha sufrido los rigores del tiempo. Lluvias, hielos y soles han dejado su huella a pesar de su dureza. 
Buscamos el camino por el que hemos venido. 


En el barranco se han formado unas pequeñas gradas. Cuando las aguas bajen bravas, me dice Juanjo, desaparecerán. 



Un cartel, que no habíamos visto a la venida, pica nuestra curiosidad. Nos adentramos por ese camino para ver de qué se trata. En la descarnada ladera no queda mas que un pedruguero. Si no hay algo más alejado de aquí, esto es lo que queda de la cantera. 
Llegamos al collado y descendemos por la Cañada. 



10,35 horas. Cuando estamos hacia la mitad del pinar, miramos a nuestra dcha. y observamos las tres mugas. Artajona, Larraga y Tafalla se unen en ese punto.
Llegamos a la carretera de Estella y la cruzamos. Continuamos por la Cañada. 



A las antiguas señales del Camino de la Vera Cruz,



han añadido nuevos postes que no conocíamos. 


10,50 horas. Llegamos a una pieza de gran tamaño sembrada de habas. Torcemos hacia la izda. y abandonamos la "pasada 6" de la Cañada de Tauste a Andía. 

El camino, paralelo a la carretera, nos va acercando hasta la salida. Cruzamos una pieza en barbecho y volvemos al coche. 
Son las 11,15 horas



Pero antes de volver a casa, nos acercamos a Margalla para admirar la piedra tallada descubierta hace poco tiempo.