lunes, 28 de septiembre de 2015

Dos balsas y y una fuente




Domingo 27 de septiembre de 2015

Hoy salimos al campo a controlar un poco los tiempos y las distancias. El grupo Scout Ibaialde nos ha encargado una excursión por el término para el día 8 de Noviembre. Será la tercera vez que les guiemos por el campo tafallés. Hemos hablado de ir a Valdetina pasando por las balsas de Patuca y de los Ricos. 
Por eso queremos saber los kms exactos para que la salida sea placentera y no se convierta en algo pesado y largo. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 14º y la farmacia 12º. La mañana está muy agradable para andar. El cielo, limpio y apenas si se aprecia un poco de cierzo. 

La otoñada verdadera, por San Miguel (día 29) la primera.

Por las calles del casco viejo nos acercamos al atrio de San Pedro desde donde saldrá la excursión scout.


Junto al aparcamiento del Centro de Salud, al inicio del camino, un cartel indicador del SL-NA 179 nos muestra una parte de nuestro paseo de hoy. 
Una cuesta pequeña asciende hasta dar vista al campamento de yurtas
Varios vehículos están aparcados en el exterior. 


Junto a una de las tiendas, una cabra nos mira con curiosidad. La saludamos respetuosamente. 
El camino es llano y bueno para andar. 
Con la vista puesta en el antiguo polvorín, nos detenemos ante una improvisada fuente. 
Desde la ladera del canal baja una hilera de agua a la que le han puesto un caño. 



Juanjo saca su jarra y medimos el caudal: 12 l/minuto. Si es una fuga, los números son inquietantes: 17.280 litros van al río todos los días. 
Los olivos y las viñas dan paso a las grandes piezas de cereal. 
El campo está pardo, seco. Muchas fincas ya han sido labradas y esperan las ansiadas lluvias para ser sembradas. 
09,00 horas. Balsa de Patuca. 



La abundante vegetación que se eleva sobre el camino impide ver el interior.
En la entrada que cruza el barranco, la balsa muestra toda su desolación.



El vaso reseco y limpio nos permite comprobar la capacidad que tiene cuando está llena. 
Las zarzas de la orilla impiden ver el antiguo pozo que nos han asegurado que allí existe. 
En poco menos de diez minutos, llegamos al cruce de caminos donde se encuentra la balsa de los Ricos. 


Aquí la vegetación se ha apoderado de todo. Las pequeñas troneras que servían para ocultar a los cazadores en tiempo de la paloma, están desaparecidas. 
Alguien nos habló una vez de la existencia de una cercana fuente, pero el lugar es impenetrable. 
En este cruce tomamos el camino de la izda. para luego girar a la dcha. 
Los campos del Tajubo se extienden a dcha. e izda. en una calma contagiosa. 
Los escaramujos, por falta de agua, han perdido el brillo de su característico color rojo. Las moras marchitas y algunas quitameriendas nos recuerdan que ya hemos entrado en el otoño.




09,40 horas. Portillo del Sastre. La pieza está labrada. El pequeño collado se abre ante nosotros y nos detenemos a contemplar esta maravilla. 
Subimos hacia la ladera E. y, en la siguiente pieza, llegamos al camino que baja a la fuente. 
Junto a un campo de plantas aromáticas, la senda se esconde y nos introduce en el monte bajo. 
Caminamos despacio. Las encinas, ilagas y chaparros encauzan el viejo camino de herradura hasta llegar al que sube desde Valdetina.



En la orilla de la pieza, una pequeña pared sirve para proteger del cierzo en los duros días de frío. 
10,00 horas. Fuente de Valdetina. 
En término de Pueyo, el lugar merece una visita si no se conoce.


Las dos mesas colocadas a la sombra del frondoso plátano invitan al descanso y al refrigerio. Sacamos los almuerzos y nos sentamos. 
La balsa está invadida por las aneas. El agua cantarina viene desde el abrevadero y alimenta las robustas raíces del árbol que nos cobija.


En la fuente, los dos caños manan con desigual fuerza. 
Juanjo tira de jarra y medimos. 
El de la izda., débil y humilde, aporta poco más de un litro por minuto. 
Su hermano, que se encuentra según miramos, a la dcha., presume ante nosotros: 15 litros por minuto. 

11 de Septiembre de 1841. En el paraje llamado de Baldetina, en la divisoria de los términos de la ciudad de Tafalla y lugar del Pueyo (...) Dijeron que por un auto otorgado en este mismo sitio por comisionados de ambos pueblos, señalaron los parajes donde los ganados que pastan el monte alto de Tafalla pudiesen entrar a beber agua en el término del Pueyo, dando los de Tafalla el goce facero en un barranco de aquel monte para los ganados del dicho lugar (...) (Fernando Maiora)(Tafalla del Reyno de Navarra)

Iniciamos el camino de vuelta. 
Con el barranco de Valdetina a nuestra izda., las viñas y los barbechos nos acompañan hasta llegar al pequeño cerro de la Gariposa. 
Tomamos un camino que se introduce en el encinar. Las aguas torrenciales y el abandono de tantos años lo han dejado descarnado e impracticable para los vehículos.


11,15 horas. Corral de la Gariposa. Desde su cerro disfrutamos del bocaje del Tajubo. La campa está limpia. La sequía ha terminado por doblegar los orgullosos cardos que en invierno se muestran altivos y amenazantes con sus potentes púas. 
Volvemos sobre nuestros pasos. 
En el camino viejo de Pueyo, el ir y venir de personas, vehículos, bicicletas... es constante. Estamos en la "civilización". 
Más allá del Molino de Macocha, el agua que baja del caño que hemos medido por la mañana corre veloz junto a la cuneta, buscando el Cidacos. 
11,50 horas. Presa de Rekarte.




Es verdad que una imagen vale más que mil palabras. No nos sorprende verla así en este tiempo. Si se cumplen las predicciones, la semana que viene entran lluvias y poco a poco irán transformando el río. 
En el paseo de hoy nos han salido 13 kms. Ahora toca esperar a la decisión de los responsables del grupo Scout Ibaialde. 







lunes, 7 de septiembre de 2015

El pozo de la Aquitana


Domingo 6 de Septiembre de 2015


Con el regusto de los hayedos y robledales de la Sierra de Alaiz que visitamos el domingo pasado, hoy vamos a dar una vuelta por el secano tafallés. El dos de agosto estuvimos visitando varios pozos que el amigo Sergismundo había enlazado en un bonito itinerario. Inexplicablemente nos saltamos el de la Aquitana, así que hoy toca ir a visitarlo. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 12º y la farmacia 11º. El cielo está despejado. El día viene bueno para andar pero, a estas horas, la mañana está fresca, fresca. 

Buen tiempo en Septiembre, mejor en Diciembre. 

Salimos a la carretera de Estella y dejamos atrás la antigua Cooperativa Vinícola. 


En el camino que lleva hasta Margalla hay una gran cruz devocional de 1855. En ella se puede leer la solicitud de rezar una salva a la Virgen (con b) de Ujué para  ser librados de todos los males. 
Enfrente, junto a la serrería de Martínez el camino asciende suavemente hacia el Vaquero. 
A nuestra dcha. el barranco de El Costal lleva agua. Por debajo de la carretera que acabamos de cruzar desaguará en el Abaco. 
El lugar está repleto de pequeños almacenes y fincas de recreo. 
Nuestra ruta da un giro a la izda. y entramos en el Vaquero. 
Algunas piezas ya están labradas esperando las necesarias aguas para la siembra. 


El Canal de Navarra viene subterráneo en esta zona. Una larga recta va desde las comportas hasta la ladera del Plano junto a la Cuesta de la Calera. 
Descendemos un tramo hasta tomar el primer cruce a la dcha. 
Tres o cuatro piezas más adelante, atravesamos un rastrojo y bajamos por un ribazo.


Casi pisamos los restos de una culebra que está partida en tres pedazos. 


09,00 horas. Pozo del Vaquero. Está como lo dejamos a primeros de agosto. Los 30 litros de lluvia que han caído en todo el mes no han servido ni para humedecer el fondo. 
Cruzamos de nuevo el rastrojo y salimos al camino por el que veníamos. 


En lugar de ir hacia el Corral de la Mariana, torcemos a la dcha. y llegamos a los dos pinos de la finca de Gabriel Margain. 
La pieza es de grandes dimensiones. Ya está labrada.


Junto a los pinos, una humilde caseta de piedra se recuesta en el ribazo que la protege del cierzo. 
Caminamos un rato por el monte bajo y salimos a la orilla de la pieza para cruzar por su parte más estrecha.


09,30 horas. Abejera de Garbayo. 
Juanjo nos recuerda que no podemos comer almendras. 
El primer árbol según llegamos, discreto y tentador, nos ofrece sus abundantes frutos. Pero no picamos. Como diría el personaje que recoge D. Angel Morrás en sus memorias: Están "amaigas".


Una pequeña pendiente nos permite llegar, cinco minutos más tarde, a las ruinas del Caserío del Almendrolar o de los Capitanes. 
Desde la balsa la vista es magnífica. Al N., en este día tan limpio, se puede ver Izaga, la Higa, Alaiz y la Peña de Unzúe. 
Hacia el S., siguiendo la carretera de la Laguna, el cerro del muladar indica que la balsa de Romerales se encuentra debajo. La torre de Beratxa señala la ruta hacia Montejurra, Lóquiz y Codés. 


En el suelo, las primeras quitameriendas también han salido en Tafalla. Los días acortan y la temperatura es más baja. Estamos a las puertas del otoño.
"Y sin llover -se lamenta Juanjo-. A este paso mal vamos a andar para coger setas".
Estamos, como quien dice, a un tiro de piedra del pozo de la Aquitana. 
Bajamos en dirección al corral. 
Cruzamos un par de piezas en barbecho y llegamos a una viña.


Los racimos, prietos y oscuros, esperan la pronta vendimia. 
Probamos un par de granos y están dulces como la miel. 
Llegamos al montículo donde el Gps marca que está el pozo. 
Intentamos entrar por un lado pero es imposible. Las coscojas forman una barrera infranqueable. 
Orillamos un poco la pieza y conseguimos entrar. 


10,00 horas. Pozo de la Aquitana. Está bien conservado. Es un pequeño aljibe. 


Seco, como todo, un pequeño cráneo refuerza la imagen agreste del terreno. 
Volvemos a la pieza y cruzamos otra viña. 


El camino nos lleva directos hasta el Corral de la Aquitana. 
Junto al edificio, aprovechando unas piedras que nos sirven de asiento, hacemos una parada para almorzar. 
La mañana ha mejorado. Aunque no hace calor, ya no sentimos el "casi frío" que hacía a la salida. 
El carasol nos protege del aire, que es como una brisa, y nos permite alargar la conversación.

AQUITANA o QUITANA: Caracterizado por una sucesión de altos y hondonada, al E. y O. del espinazo coronado por el Corral de la Quitana, que marca el cambio de vertientes fluviales; la porción occidental, que algunos denominan Práu Redondo, es cabecera de un valle que se adentra por Artajona y va al río Arga en jurisdicción de Larraga; la parte oriental, más extensa, está formada por dos vallecitos paralelos, separados por una crestería de areniscas, que siguen dirección hacia el E., hasta el Labaco Bustal, afluente del Cidacos. (J.M. Jimeno Jurío)(Toponimia histórico-etnográfica de Tafalla).



El Canal se detiene en las compuertas para iniciar la vertiginosa caída que le llevará hasta el Plano por el camino que hemos tomado hace un par de horas.
A partir de aquí vamos descendiendo atravesando piezas y tramos con arbustos.



Los endrinos rebosan frutos. Los aficionados a fabricarse su patxarán, este año tienen arañones hasta para elegir tamaño y calidad.




11,00 horas. Cruzamos el Canal. 
Si nos desviáramos un trecho, llegaríamos hasta el Gurrutxo. 



Solitario y herido, la imagen de desamparo nos enternece. Hoy no podemos ir a hacerle una visita, pero nos prometemos que no tardaremos mucho. 



El camino desciende entre campos en barbecho y olivos. 
Sin darnos cuenta, pasamos de la Aquitana a Losillas y seguimos descendiendo. 
Llegamos al polígono industrial de la carretera de Artajona. Son las 11,40 horas.  Entramos en el pueblo. 
Ha sido gratificante comprobar, una vez más, que en lugares por los que pasamos veces y veces, donde menos lo esperas, hay un pozo, una caseta, una abejera que van saliendo a la luz gracias a las pesquisas de gente como Sergismundo y otros. 

En este enlace se puede ver el recorrido de hoy. 

martes, 1 de septiembre de 2015

La borda Lepuzain



Domingo 30 de Agosto de 2015

Este domingo viene caluroso. El viento del S. es agobiante, así que vamos a buscar sitio fresco. 
Uno de mis hijos, antes de Fiestas, estuvo pasando la noche en la borda Lepuzain de la Sierra de Alaiz. Hace mucho tiempo que no andamos por allí. Hoy es el día ideal. Aprovecharemos la frescura de los hayedos para dar una vuelta.
Son las 08,00 horas. El cielo está limpio. Magán marca 23º y la farmacia 21º.  

En agosto sandía y melón, buen refresco son. 

Nos vamos en coche hasta Unzué.


Son las 08,30 horas. Junto a la iglesia, el cartel informativo del itinerario micólogico, da comienzo a nuestro recorrido. 
A pocos metros de la salida, se encuentra la fuente de Arregia.


Uno de sus caños alimenta el amplio abrevadero. La mañana está agradable para andar. Ahora no apetece el agua, aunque sabemos que a la vuelta echaremos un buen trago. 
Una vez rebasada la gran roca que está a la dcha. del camino, llegamos a otra fuente. 
08,50 horas. Fuente de Ortzabala. La última vez que pasamos por aquí solamente había un caño en la orilla del camino. Ahora han hecho un trabajo magnífico.


Un vecino de Unzué está llenando un depósito para llevarlo a un pequeño huerto  que tiene en la chopera del barranco. Nos dice que esta construcción ya tiene algunos años y que la fuente, como todas las del término, no falla. 
Continuamos por el amplio camino hasta llegar a la entrada de la sierra. 
09,10 horas. Es una senda estrecha de tierra que asciende entre bojes y avellanos. 
En pocos metros, se gana una altura considerable. 


Poco a poco la vegetación se va espesando y los robles conviven con las primeras hayas. El sendero se vuelve sombrío y fresco. 
Pasamos junto a la antigua fuente Kiñuas. Se ha secado. La última vez que pasé por aquí ya estaba así. Es una lástima porque recuerdo que, al volver de los grandes paseos que hacíamos por el interior de la sierra, llenábamos la cantimplora con su agua pura y fresca. 


El sendero desemboca en el pinar. A la sombra de los árboles, las zarzamoras y los endrinos rebosan de frutos. 
Las moras, gordas y dulces, son un manjar para las bocas un poco resecas por la cuesta arriba. 


Cuando se sale del pinar, el paisaje es todo un espectáculo. Una inmensa campa verde y limpia se mece entre las dos alturas de la sierra. 
Las marcas amarillas y blancas aparecen consecutivamente: sobre unas piedras, en un tronco de árbol, en algún poste...

6 de Julio de 1521. Lo que dejan de saquear las desordenadas tropas, lo requisan y confiscan con orden y meticulosidad los nuevos dueños de Navarra. Como a tantos otros navarros, a Martín de Goñi le acusan de haber estado "del lado de los franceses". Ordenan la requisa de todo su ganado mayor y menor, que tiene pastoreando en la sierra Alaiz "y que se deposite en poder de Martín de Osés, vecino de Tafalla, hasta que Nos mandemos ver su causa y determinar sobre ello lo que sea de justicia". (J.M. Esparza)(Historia de Tafalla - Tomo I)


Antes de entrar de nuevo en el bosque de boj, las quitameriendas se han adueñado de un trozo de la pradera. En Tafalla todavía tardaremos unos cuantos días en verlas. 
A los tramos arbolados, suceden laderas más despobladas. El sendero es irregular. Las aguas torrenciales lo convierten en improvisados torrentes y el suelo se queda algunas veces descarnado.


En la frescura de los arbustos aparecen algunas setas. Juanjo, que entiende de esto, nos dice que están pasadas. Hace falta que en estos días finales de Agosto y primeros de Septiembre, caigan unas buenas aguas para que "muevan" los setales. 
Desde donde estamos descubrimos el tejado de la borda. 
Al llegar al final de la campa, la senda se esconde en un tramo de monte y nos lleva cómodamente hasta el edificio.



10,30 horas. Borda Lepuzain. La construcción es magnífica. Nueva, limpia y bien cuidada. 


Recuerdo la antigua borda. Pequeña y medio destartalada, alguna vez nos refugiamos en ella para almorzar en las mañanas frías de invierno. Aquellos compañeros de esas andadas que ya no están con nosotros, hacen evocar unos tiempos pasados en los que este lugar era distinto; sin molinos ni pistas, pero... la vida sigue. 


Es un placer entrar dentro. Limpio, ordenado y cuidado.


Al cartel con las normas de uso le faltaba un punto "inevitable" y alguien se ha encargado de recordarlo.


La información que da en otro cartel "el ecologista anónimo" nos parece útil y muy instructiva. 
En el porche, sentados en el banco, reponemos fuerzas. 


En la mesa del exterior alargamos la sobremesa. 
Volvemos al final de la campa que hemos abandonado para subir a la borda. 
Ahora el sendero y sus marcas nos llevan al interior del bosque. Poco a poco llegamos hasta su máxima altura. 


11,15 horas. El paisaje se abre ante nosotros y nos permite contemplar, en la amplia llanura, Pamplona y los alrededores. 
Comenzamos a descender y entramos nuevamente en el bosque de hayas. El lugar es tan sombrío que parece una semioscuridad.


Entre la hojarasca, las galampernas o parasoles comienzan a salir. 


Algunas hayas son espectaculares y sorprendentes en estas latitudes.
El camino se difumina oculto por la hojarasca. 
Los escasos rayos de sol que entran el bosque nos dan idea del calor que hace fuera. Aquí disfrutamos de una frescura que echaremos de menos en el camino de vuelta a Unzué. 


Un haya de buen tamaño parece sonreír a nuestro paso. Tiene nariz y boca. Extiende sus brazos con alborozo.


En cambio, un poco más adelante, otra ofrece un aspecto atormentado, ahogada por las despiadadas hiedras. 
Saltamos una cerca y el arbolado es distinto. Los helechos proliferan en esta zona. 
Seguimos descendiendo hasta llegar al camino principal, muy cerca de la entrada que hemos tomado a la mañana. 
A nuestra derecha observamos un campo de encinas en el que se cultiva la trufa. 
Regresamos. 
Hacemos una parada para echar un trago de agua en Ortzabala y continuamos.


Al llegar junto a la fuente de Arregia, una manada de machos, yeguas y potros está bebiendo. Nos acercamos y, entre asustados y molestos, nos dan la espalda y se dirigen hacia el pueblo. 
En el abrevadero el nivel de agua ha bajado casi medio palmo. Un par de yeguas siguen bebiendo y ni se inmutan ante nuestra presencia. 
A las 13,00 horas llegamos al coche y emprendemos el camino de regreso. 
Mis acompañantes no tienen palabras para agradecerme la excursión, pero lo que no les digo es que el placer ha sido mío. 

En este enlace se puede ver el recorrido de hoy.