martes, 3 de marzo de 2015

El pozo del Almendrolar



Domingo 1 de Marzo de 2015


La semana ha sido de aguas. El Cidacos ha amenazado con saltar pero, como si se hubiera arrepentido, ha preferido dejar las cosas en su sitio. Los campos están embarrados y los caminos un poco difíciles. El amigo Sergismundo me pasó una ruta que conocemos muy bien, pero que tiene el aliciente de descubrirnos el pozo del caserío del Almendrolar. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 11º y la farmacia 10º. El cielo está cubierto y cae una ligera llovizna. 

De Marzo no te fíes que es traidor, tan pronto frío como calor. 

Donde termina el polígono de la carretera de Artajona, el camino del Vaquero cruza el barranco del Abaco. 
Junto a las instalaciones de la Pepsico tomamos el primer cruce a la izda., que desemboca en la carretera de Estella. 


Paramos un momento para admirar la enorme cruz devocional situada en el sendero que viene de Margalla. Fechada en 1855, invita al rezo a los devotos de la Virgen de Ujué. 
Al final de la serrería hay un camino que entra al Vaquero. 


En la vaquería de los Churreros, una vaca de gran tamaño está muerta junto a la valla. 


El itinerario nos lleva entre campos de cereal hasta llegar al canal de Navarra, que sube, subterráneo, al Plano. Hace un rato que ya no llueve. 


Las plantas de romero, en las laderas que están al abrigo, han florecido. El campo está empezando a cambiar vistiéndose, tímidamente, de primavera.


En la orilla del solitario camino nos encontramos con algo insólito. Un gran esqueleto de un animal nos hace detenernos. 
No conseguimos saber qué es. 


Le faltan las extremidades anteriores. Las pezuñas tienen fuertes uñas y en la boca se distinguen fuertes caninos. 
¿Un zorro? ¿Un perro asilvestrado?. 
Mas adelante hay un cruce a la izda. Lo tomamos.


08,45 horas. Corral del Vaquero. Solitario y recogido, se distrae con la carretera cercana. De su pequeña balsa, asustados ante nuestra presencia, dos patos salen huyendo y parecen maldecirnos con sus graznidos. 


Entramos en el interior del corral. Está limpio y bien conservado. 
Subimos, de nuevo, al camino que habíamos abandonado. 


Llegamos a una antigua chabola y nos vemos obligados a cruzar una pieza.
El terreno está blando. Tenemos que desviarnos hacia la izda. para evitar meternos en una badina. A pesar de nuestros esfuerzos, no podemos evitar el barrizal, que es de los buenos. 


09,00 horas. Por fin llegamos a la Abejera de Garbayo. 
El lugar está precioso. La construcción, que acusa el paso del tiempo, se conserva en bastante buen estado. 


Los almendros que habitan en el serenado, a diferencia del de la casa del Conde, no han echado la flor. Las yemas están a punto de reventar, pero no se fían de este final del invierno. 




Subimos al caserío en ruinas de El Almendrolar. 
El calzado, con el roce de las ilagas y los tomillos, se desprende de los tostones de barro. 
Damos una vuelta por sus alrededores y encontramos el pozo. 
En una pequeña ladera, escondido entre la hierba y las matas, aparece ante nuestros ojos. 



Es de forma cuadrada y con las paredes de piedra.



En la parte norte tiene un pequeño canalillo, excavado en la tierra, por donde le entra el agua que resbala por la ladera. 
El itinerario nos dice que sigamos en dirección N. 
Llegamos a un pedruguero y nos sorprende una piedra con un curioso agujero.



 No parece que sea fruto de la erosión porque Sergio indica que estamos en una cantera. 
Para llegar a una pequeña chabola de piedra hay que orillar un par de piezas. El  barro que había para llegar a la abejera de Garbayo no era nada en comparación con el que tenemos por delante. 
Los pies cada vez pesan más, pero conseguimos salir del atolladero sin hundirnos. 



La hierba y las coscojas que rodean la pequeña construcción nos ayudan a limpiar nuestro maltrecho calzado. 
Por fin salimos a un camino. Aunque hay charcos y barrillo nos parece una autopista. 



09,50 horas. Corral de la Aquitana. No nos paramos. Desde aquí hay una buena vista. En Alaiz y en la Valdorba serrana, una cortina de agua desciende velozmente hacia el Caserío de San Lorenzo. 
Seguimos. Cruzamos otro par de piezas que, a diferencia de las anteriores, están sanas y no nos dan tantos problemas. 



Llegamos al camino que conduce al canal y lo cruzamos.
Tomamos el primer desvío a la dcha. y nos acercamos al Gurrutxo. 
Al finalizar el camino, antes de orillar la pieza, descubrimos un pequeño pozo. 


Es circular, con las paredes de piedra y está oculto por la vegetación. Juanjo y yo nos lanzamos una mirada cómplice: "Éste no lo ha descubierto Sergio..., todavía".

Son las 10,20 horas y es el momento de almorzar. 



La roca en la que nos sentamos está rodeada de matas de espárragos silvestres. Juanjo me dice que tienen poca presencia, pero que su sabor es intenso. 
Por la orilla del canal dos caminantes se nos hacen conocidos. Tiramos de catalejos y vemos que hemos acertado. Nos hablamos por el móvil. Ellos van hacia el Corral de la Aquitana. 
Salimos a la carretera de Artajona. Caminamos unos doscientos metros por ella y nos acercamos al Canal. 
Por la orilla se camina con comodidad, mientras disfrutamos observando las laderas del Salobral. El nivel del agua está alto. 

Año 1737. En dicho día 27, Manuel de Landa, guarda de los Quiñones, manifiesto que el día viernes veinte y uno del presente mes, encontró dentro de una pieza sembrada de trigo, camino de la Pedrera y Salobrar, propia de Doña Agustina Larrea, un ganado mayor, paciendo en el sembrado, propio de Martín Subiza, labrador, que llaman "Zaga Larraga". (Fernando Maiora)(Tafalla del Reino de Navarra)




Damos vista a las obras de la depuradora que se está construyendo en La Pedrera. 



11,20 horas. Estamos en la almenara del canal. 



El agua se remansa y en algún punto salta por el aliviadero. Un paseante llega hasta nosotros y nos muestra su sorpresa. Dice que es la primera vez que ve todo esto. 
Por una senda estrecha llegamos al camino que pasa cerca del antiguo polvorín y salimos a la presa de Recarte.



11,50 horas. El caudal es similar al del domingo pasado. El Cidacos se ha serenado. La mañana sigue gris, tristona. En veinte días entrará la primavera, pero en Tafalla nunca podemos estar seguros de que eso será así. 

En este enlace se puede ver el recorrido de hoy.

Y en éste el de Sergismundo. 




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