lunes, 1 de diciembre de 2014

La Fuente de los Enfermos





Domingo 30 de Noviembre de 2014


Ayer llovió abundantemente. Pensábamos hacer una "urbanita" porque los caminos y, no digamos, las piezas estarían impracticables para la excursión que me pasó Sergismundo a la Fuente de los Enfermos, en Larraga. 
Por la noche, Juanjo me animó a que lo intentáramos. Nunca se lo agradeceré lo suficiente. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 12º y la farmacia 11º. No llueve y el cielo tiene más claros que nubes. ¿Y si se queda así toda la mañana?

  Cuando San Andrés viene, o trae agua, o nieve

Me monto en el coche con Rosa y Juanjo y salimos hacia el barranco de Tamarices. 


08,20 horas. Aparcamos y comenzamos a andar. El camino tiene agua pero se puede caminar. 
De la tierra sale la humedad en forma de neblina. Aquí el cielo está completamente limpio. Sorteando algún pequeño charco, avanzamos sin dificultad. 





Pasamos al lado de los dos tamarices solitarios (ver entrada) y recordamos uno de nuestros paseos favoritos. 
La tierra huele a humedad. Los pinos que albergan la cueva están oscuros y fríos. Los sembrados están nacidos y, por el barranco, el agua corre veloz, como si tuviera prisa por encontrarse con el Grande de Candaraiz. 
Salimos a Candaraiz y, junto a piezas y monte bajo, llegamos al Corral de Moreno. 




09,30 horas. Echamos un vistazo hacia el S. A la hondonada del Saso la cierra, como si fuera un fortaleza, Moncayuelo. Los campos ocres y verdes transmiten una paz serena, limpia. 
Bajamos a un camino nuevo y continuamos en dirección O. En veinte minutos llegamos al siguiente corral. 




Corral del Rincón. Un todo-terreno nos adelanta y sus ocupantes nos saludan. 
Llegar hasta el edificio tiene su aventura. Hay mucha agua y el pequeño barranco no da opciones de paso. Por fin encontramos un vado y cruzamos a la otra orilla. 
En un montón de piedras sacamos los bocadillos y almorzamos. 
Todavía no nos creemos que podamos disfrutar de esta mañana. La predicciones eran de agua y más agua. 
El vehículo que nos ha adelantado, ha parado en unas piezas cercanas. Están salpicadas de grandes charcas. 





Volvemos al camino y tomamos el primer desvío a la dcha. Caminamos por la muga de Larraga-Tafalla. 
En el primer desvío a la izda. nos encontramos con la viña multivarietal que marca Sergio en su recorrido. 



La cepas están emparradas y, al comienzo de cada rencle, han puesto unos letreros que informan de la variedad: Merlot, Graciano, ...
Continuamos por buen camino. 
En una larga recta, un labrador viene hacia nosotros con poceras y una azada al hombro. Nos dice que es de Berbinzana. Tiene un par de piezas por aquí y ha venido a hacerles unos desagües. También están inundadas. 
Le contamos nuestra intención de llegar a la Fuente de los Enfermos y nos dice que no estamos a más de quince minutos. 



En un pequeño alto han puesto un espantapájaros para proteger los olivos. Juanjo se va a verlo y nos dice que ya nos alcanzará.
Continuamos ahora en dirección N. 



El paisaje es muy parecido al de Tamarices. Incluso en los "cogotes".
Juanjo, apretando el paso, por fin nos alcanza. Ya se sabe el dicho: "Si quieres ver a tu compañero andar, ponte... a fotografiar" (esta es la versión fina). 
Cuando llegamos a la carretera de Larraga torcemos a la dcha. y seguimos por la cañada. 
Un par de mojones dan idea de la anchura que tenía. 
Llegar hasta la fuente es complicado. El camino está lleno de charcos y hay que afinar para poner los pies sobre piedras y matojos.
Hacía tiempo que a Juanjo no le salía la vena "poética" y hoy nos regala uno de sus versos: 

"A la Fuente de los Enfermos,
yo me fui a pasear. 
Si el año que viene vuelvo, 
con las botas de pescar".

Una vez superadas las dos zonas complicadas llegamos a la fuente.




11,30 horas. Fuente de los Enfermos. Está oculta por una enorme cantidad de juncos y carrizos. 




Está complicada de ver, así que Juanjo se echa cuerpo a tierra y comienza a retirar la vegetación para ver lo que hay bajo las piedras. 
Esto dice Sergio en Wikiloc:

"Curiosa fuente sin caño, consistente en un pozo junto a una balsa, de agua fresca y cristalina. El nivel de dicho pozo está más o menos 1/2 metro por encima del nivel del agua de la balsa, y contrasta con esta por su limpieza y su frescura. El pozo estaba tapado con dos grandes lajas de piedra, aunque ahora una de ellas estaba caída. Debido a la falta de uso, el pozo se halla invadido por carrizos y eneas, por lo que no se ve hasta que no se está encima".



Damos una vuelta por los alrededores y nos paramos en la balsa.




A unos doscientos metros un cazador pega dos tiros y nos pone en guardia. 
Salimos otra vez a la cañada y volvemos hacia el coche. 
Los molinos de La Sarda están quietos. Entramos en el término de Tafalla. 
La cañada transcurre entre piezas de cereal y alguna de remolacha. 
A las 12,30 horas llegamos al coche y volvemos al pueblo. 

En este enlace se puede ver el recorrido de Sergismundo que es el que hemos seguido nosotros hoy.

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