lunes, 29 de diciembre de 2014

Altocabezón (Miranda de Arga)








Domingo 28 de Diciembre de 2014


El fin de semana se ha puesto de invierno. He quitado 8 litros de lluvia esta noche. Teníamos previsto ir a dar una vuelta por los caminos de la Valdorba, pero va a ser mejor dejarlo para otra ocasión. 
Como al final voy a ir solo, me decido por el Altocabezón, en Miranda de Arga. 
El Consorcio de Desarrollo de la Zona Media publicó un Sendero Local con el nº NA-176 en la guía que editó en el año 2000. 
El amigo Sergismundo lo subió a wikiloc y me lo pasó. Lo tenía guardado para estas ocasiones en que apetece una vuelta corta y meterse en casa. 
Son las 08,10 horas. Magán marca 6º y la farmacia 5º. Con el coche me acerco hasta Miranda. Llueve.



08,30 horas. Las calles empinadas me llevan hasta la ermita de Nuestra Señora del Castillo. 
Aquí el cielo está casi despejado. En el N. unas nubadas espesas parecen descargar nieve. El cierzo es cortante. El intenso frío me obliga a subir todas las cremalleras. 



Desde el mirador, la vista del campo y de la población es maravillosa. El Arga abraza al pueblo mientras se aleja buscando otras tierras. El panel explicativo da una descripción general de Miranda y de este punto en concreto. 

El trazado de las calles responde a ese carácter fronterizo y defensivo, que hasta mediado del siglo XX ha encorsetado su desarrollo dentro del perímetro de  la muralla de la que a día de hoy sólo conserva una de sus puertas de acceso conocida como "Portalejo"



Desciendo por la carretera buscando el panel de inicio. Está destrozado. 
Un camino en buen estado sale junto a él. 



Los sembrados son inmensos cuadriláteros verdes. El cierzo en esta ladera sopla con fuerza, pero ha parado de llover. 

En la margen izquierda, sobre una llanura elevada, las tierras son menos fértiles, con terrenos más pedregosos y menor humedad en el subsuelo, localizándose las tierras de labor destinadas al cultivo de especies menos exigentes; es el caso del cereal, la vid o el olivo

El itinerario obliga a dar un par de giros a la izda. y comienza a descender. 


La ladera del cerro, repoblada con pinos carrascos, protege del viento y hace que el ambiente mejore notablemente. 
Un paseante viene hacia mí. Tapado hasta las cejas y paraguas en ristre me dice que, aunque no es de Miranda, tiene casa aquí para pasar temporadas y que no perdona su paseo, llueva o nieve.



En medio de una pieza han construido un gran pozo de ladrillo. Está rodeado de parras. 

Los viñedos se asientan en terrenos calizos y profundos, de excelente calidad para la obtención de uvas destinadas a vinos rosados con intenso y fresco aroma afrutado, suaves y de excelente paso de boca.




09,15 horas. Me acerco a ver su profundidad y aprovecho para echar un bocado. 



Vuelvo al camino, que es el camino viejo de Lerín y llego al humilladero. 
La pequeña ermita está restaurada y bien conservada. Por las ventanas de la puerta puede apreciarse la talla del siglo XVII de Cristo Crucificado. 

Un pequeño cartel colocado en una de las paredes exteriores informa a los paseantes sobre la construcción. 



Ermita del Cristo del Calvario. Está situada junto al Portal del Monte. Es un humilladero de planta cuadrada cubierto por bóveda de aristas sobre ménsulas circulares molduradas que edificó Juan de Iribarren en los primeros años del siglo XVIII. Sus muros son de sillería y en el de los pies se abre la puerta de ingreso, que forma un arco de medio punto. 

Inicio la subida a la ermita y al torreón. El camino discurre entre el cerro y las últimas casas del pueblo. 
Llego a la ermita, donde el cierzo parece estar esperándome. Vuelve el frío intenso. 


Unas amplias escaleras llevan al Torreón. 

Fue construido en la segunda guerra carlista como fuerte fusilero. Se asienta sobre las ruinas del antiguo castillo que mandó demoler en 1512 el Duque de Alba. 

Corro el pestillo de la puerta y entro en su interior. 


Una escalera de caracol me tienta a subir a lo más alto para poder disfrutar del paisaje. 
Desde este lugar las vistas son magníficas. 



Tenemos constancia de la utilización de sistemas de regadío durante la dinastía musulmana de los Banu Qasi en el siglo VIII, pero el primer regadío  documentado data del reinado de Teobaldo I en el siglo XIII. El trazado actual es resultado de las mejoras que se establecieron bajo el reinado de Carlos III ya a comienzos del siglo XV. 

Vuelvo a contemplar el pueblo desde esta altura 


Desde este lugar en que nos encontramos es fácil volver la vista atrás en el tiempo. Este torreón es el último vestigio de las luchas que desde tiempos inmemoriales ha soportado la villa. El pueblo vascón primero, el romano y el bárbaro después. Tanto el pueblo musulmán, como los Reinos de Castilla y Navarra en la Edad Media y posteriormente el bando napoleónico y carlista; todos ellos han derramado su sangre por el control de este estratégico enclave y sus ricas tierras. 


Salgo al exterior y doy una vuelta por los alrededores. Sergio ha marcado dos puntos de interés: las ruinas de la atalaya y las de la base de la torre del homenaje. 



En el atrio interior de la ermita hay un pequeño cementerio con una columna salomónica en el centro. 



10,15 horas. Por calles estrechas, bajo hasta la plaza del pueblo a disfrutar la impresionante fachada del Ayuntamiento. 
Regreso a casa. Al llegar a la fuente de Resano, el tiempo cambia bruscamente. Comienza a llover con cierta intensidad. 
En Tafalla llueve con fuerza. Con los paraguas abiertos, los vecinos se apresuran a llegar a casa llevando el pan y el periódico. 


lunes, 22 de diciembre de 2014

Un paseo por las Rocas





Domingo 21 de Diciembre de 2014

Desde hace dos años tenemos la buena costumbre de hacer el paseo por los Altos del Planillo el domingo anterior a la Nochebuena. Allí, entre romeros y tomillos, colocamos una piedra que mira al S. en recuerdo de Manolo Iriso.
Son las 08,00 horas. Magán y la farmacia empatan a 8º. Un fino cierzo da sensación de más frío. El cielo luce un azul intenso que anuncia que en dieciséis horas entrará el invierno. 

En diciembre, se hielan las cañas y se asan las castañas. 

En la bajera de Juanjo hay un remolque lleno de olivas. Ayer terminaron la recolección y por eso hoy puede venir a caminar. 
Subimos por el camino del Vaquero. Vamos a hacer un recorrido similar al que planteamos el  20 de Octubre con los scouts.  


En el horizonte, el Moncayo está completamente blanco. 



Cruzamos por encima del Canal de Navarra y nos adentramos en el camino viejo.




08,45 horas. Llegamos a la cruz de Corpus Alegría y repetimos nuestro ritual. Juanjo busca algún romero en flor y lo coloca en la cabecera.



Los sembrados están nacidos y, desde este punto, el paisaje es espectacular. Los campos verdes se extienden desde Don Galindo hasta el Saso y desde el Vaquero al Almendrolar. 



En cinco minutos llegamos a la Abejera de Garbayo. Nos detenemos un momento y subimos a las ruinas.



Caserío del Almendrolar o de los Capitanes. El cierzo viene frío. El corral de la Quitana se acurruca al lado de los pinos. Al otro lado del canal, el Gurrutxo aguanta el tipo como puede. San Pelayo e Izaga están lejanos y azules, en cambio la Higa se oculta tras una espesa niebla.



Orillando una larga pieza salimos al camino principal.
09,15 horas. La cuesta nos acerca al Caserío de Valdiferrer. No hay nadie. 




El deterioro del edificio es continuo. Las paredes han iniciado un descarnamiento que terminará con el derrumbe del edificio. Visitamos el pozo y subimos hasta el cruce de caminos. 

20 de Agosto de 1946. Angel Recalde espera sentado junto a la vía, en el término de San Quirico de Pueyo. Fuma y bebe una botella de vino. Tiene veinticuatro años y trabaja con su familia en el caserío de Valdiferrer, pero se lleva mal con alguno de ellos y vive en la Peña, en lo que hoy es el número veintiséis de la calle Santa Lucía. En su libreta militar ha escrito un mensaje enigmático: "Madre, por usted no es que muero ni por el abuelo tampoco. Es por los dos que ya sabe". Pasa el tren y en un largo trecho quedan desparramados los restos del joven. "El hecho fue casual, sin culpa de nadie" determinó el juez, pese a todos los indicios. El régimen franquista es tan severo que oculta hasta el suicidio. (J.M. Esparza)(Historia de Tafalla. Tomo II)

La cuesta abajo se hace cómoda. Buscamos unas piedras y echamos un bocado. 
Los cazadores están en la hondonada. Los perros, inquietos, rebuscan entre las matas. De vez en cuando se oye algún tiro seguido de gritos y ladridos.




Entre tanto el Moncayo, gélido e impertérrito, domina el paisaje. 
Salimos a la carretera de Estella y caminamos un rato hasta llegar al cambio de rasante donde se encuentra la entrada hacia la torre. 
La subida es cómoda.



10,40 horas. Torre de Beratxa. Buscamos el abrigo porque aquí también el viento es frío. Juanjo se despacha con uno de sus versos:

A la torre de Beratxa
súbete bien abrigado, 
porque el cierzo te despacha 
y coges un constipado.

Todo hay que decirlo. Me promete que de ahora en adelante se esmerará más en sus composiciones. Es de agradecer. 

Entre ilagas y romeros bajamos hacia Valditrés. En los pinos nos encontramos a un cazador. Al preguntarle qué tal va el día nos responde que fatal. No ha visto ni una perdiz: "Parece que, en cuanto oyen el coche, se escapan todas a la reserva de caza que hay aquí al lado".

En el pinar de enfrente hay un camino ancho que sube a donde queremos llegar. 



Un inmenso setal aparece ante nosotros.



Juanjo no puede resistir la tentación y llena una bolsa. Son todas de pino. 
Continuamos cuesta arriba. 



Paramos a contemplar las fuentes de Porputiain y recordamos que hace justo un año Félix Flamarique nos las enseñó desde este mismo punto. 
11,30 horas. Las Rocas. Con este nombre nos dijo Gabriel Margain que se conoce a este lugar. Todo continúa intacto. El pino, el mojón de la cañada y la pequeña base de hormigón.



Escondida entre las matas, la piedra que recuerda a Manolo está acompañada de unas flores artificiales. Nosotros hacemos nuestra pequeña aportación colocando una rama florida de romero.




Tenemos enfrente Romerales y al O., desde esta distancia, se divisa una diminuta cantera de Ros.
Volvemos para casa. 
Un poco más adelante de la hípica cruzamos de nuevo el canal y llegamos a la carretera de Miranda. 



En el Caracierzo de la Celada, enfrente del cementerio, se ve algún cazador. Dicen que es buena zona para la perdiz.



A las 12,15 horas estamos en lo más alto del camino que entra en el pueblo, en el cruce del que va a Margalla. 
Pasamos al lado de la Cooperativa y entramos en el pueblo. En tres días estaremos en navidades. 

lunes, 15 de diciembre de 2014

La balsa de Patuca y la de de los Ricos



Domingo 14 de Diciembre de 2014


En la web del Ayuntamiento de Tafalla, con el título de "Paseos señalizados por Tafalla", hay cinco recorridos por el término que merece la pena conocer. Nuestro amigo Sergismundo los subió a Wikiloc y en dicha página están los enlaces para que los disfrutemos. 
Para hoy anuncian lluvia, así que vamos a hacer el itinerario SL NA 179 que sale junto al aparcamiento del Centro de Salud. Si nos pilla el agua, estaremos cerca para volver a casa. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 9º y la farmacia 8º. El cielo está completamente nublado. El frío bochorno no presagia nada bueno, pero... de momento no llueve.

Por Santa Lucía, la más larga noche y el más corto día. 

Por las calles del casco viejo tafallés, llegamos hasta donde empieza el recorrido. 


Un cartel nuevo y bien conservado informa del itinerario. Subimos por la cuesta de grava suelta y en el cruce tomamos el camino de la izda. 


En el campamento de yurtas se ven varios coches aparcados y el generador está en marcha. 


08,35 horas. Llegamos a lo que Sergio señala como fuente. Estamos debajo del canal. Nos da la impresión de que es un desagüe de las filtraciones de la pieza de encima. El caño es de pvc y las piedras están recibidas con hormigón. Las zarzas casi la ocultan. 



El día continúa nublado. A nuestra dcha. el corral de la Gariposa nos observa desde su cerro. 
En esta época del año, el paisaje es único. Los sembrados lucen un verde intenso. Los robles ponen el tono rojizo salpicando el encinar. 



Un enorme carrizal nos da idea de dónde nos encontramos. 





09,00 horas. Balsa de Patuca. No hace muchos años se utilizaba para la caza de palomas. Las aneas y los carrizos se han apoderado del lugar. También hay muchas cardonchas. 



Juanjo nos cuenta que, cuando era chaval, venían aquí y untaban las cabezas de los cardos con liga de acebo. Llevaban una cardelina de reclamo y, atraídas por los cantos, venían otras; se posaban en los cardos y se quedaban pegadas. Las cogían y las vendían. A eso se le llamaba "parar la cardelina".



En quince minutos llegamos a la siguiente balsa. La de "los ricos". También se usaba para la caza de la paloma en la pasa. Está más abandonada que la de Patuca.
Un poco más abajo de la balsa, en el zarzal, hay un pozo profundo que no se ve. Hace casi 39 años, un anciano de Tafalla, no volvió a casa después de su paseo diario y se organizaron grupos de búsqueda para localizarlo. Se pasó por este lugar durante varios días sin encontrar rastro alguno. A las dos semanas apareció el cadáver flotando en el pozo.
En este punto tomamos el camino que gira casi 180º y nos adentramos en el bosque.



Una senda bien marcada asciende suavemente entre robles y encinas. 



Algunos ejemplares son magníficos y nos protegen de la fina lluvia que ha empezado a caer. 
Entre los árboles contemplamos el paisaje. Por encima de las casa de Pueyo, se asoma la Peña de Izaga. San Pelayo, más cercano, observa los Altos de la Guindilla, por donde caminamos el pasado domingo.
La naturaleza está aquietada, como dormida. 



La Gariposa nos espera impaciente.  
En la era que se extiende delante del corral, la hierba aparece empapada. Entre los cardos se multiplican las setas.




Le muestro a Juanjo una con aspecto de illarraca y nos dice que es venenosa. La miramos con prevención.  

13 de Diciembre de 1827. Manuel Beruete, guarda jurado del Monte Alto, declara que el día de ayer, 12, de una a dos de la tarde halló a un hijo menor de Antonio Úcar, el Pomalero, cortando una carga de roble en dicho monte y alto que llaman la Gariposa. (Fernando Maiora)(Tafalla del Reino de Navarra)

Continuamos bajando por camino viejo buscando el que sube a Valdetina. 
Aunque no llueve mucho, nos cobijamos al abrigo de un roble para echar, de pie, un bocado. 
Con el barranco de Macocha a nuestra izda. continuamos hasta llegar al camino viejo de Pueyo. 




El viejo molino es ahora una casa particular. Está rehabilitado y muy bien conservado.



10,45 horas. Llegamos a la presa de Recarte. El agua baja con fuerza precipitándose en la poza. Hace pocos días, unos operarios tuvieron que bucear para sellar alguna fuga.
Por la dcha. del Instituto subimos hasta el cartel donde comienza (y termina) el recorrido. 
Como es pronto nos acercamos a los pinos de Santa Lucía y, desde el castillo, contemplamos el pueblo. 
Un sinfín de tejados y chimeneas se extiende hasta la orilla del Cidacos. No hace muchos años, de cada una de ellas subía una columna de humo. Hoy, el gas ha traído mucha comodidad a las casas, pero ha borrado aquella postal del invierno. 



Bajamos al Patio de Iribas y damos una vuelta por la Peña, calle Misericordia, ... 




11,30 horas. En un balcón de una calleja los tres Reyes Magos están trepando por la barandilla. Han venido con mucho tiempo. A ellos no les falta el trabajo. 

Este es el enlace de Sergismundo, para ver el recorrido de hoy, que se puede visitar en la web municipal