lunes, 25 de noviembre de 2013

Un proyecto ilusionante (y II)






Domingo, 24 de Noviembre de 2013

Hoy voy a dar, en solitario, la vuelta al Saso. Rosa y Juanjo tienen que coger olivas y a Inma le ha echado para atrás el frío. Tengo que subir a Wikiloc el recorrido para que dispongan de él en el Cosorcio de la Zona Media. 
Anuncian tiempo seco y frío. Si está como estos días de atrás, me voy a helar.
Son las 08,00 horas. Magán marca 5º y la farmacia 4º. En el cielo se alternan los negros nubarrones con grandes claros. Sopla un cierzo intenso. 
Con el coche me acerco hasta el Caserío de la Chiquitina y desde ahí empezaré el paseo. 
Cuando paso por el Plano, no veo a nadie. Ya nos dijo Ignacio Carro que este domingo no se cazaba. 





Aparco en la era junto a la fachada y me abrigo hasta las cejas: Gorro, guantes, parca, … 
A esta parte N. del Saso ha llegado el regadío. De los secos maíces cuelgan las panochas amarillas. Están tardando a recolectarlas porque dan demasiada humedad.





08,40 horas. Balsa de Justo. Llego a un cruce de caminos. La balsa de Justo, que tantas veces hemos visto en las últimas, rebosa de agua. En el cerro que tiene encima se encuentra el pozo Zacanatero. Si puedo, a la vuelta, subiré a echarle un vistazo. 
Tomo el camino de mi dcha. y asciendo entre sembrados recién nacidos. 




08,40 horas. Caserío de Gregorico. En el corral se oyen balidos de ovejas. Por encima de las Zorreras, las nubes oscuras y gruesas intentan cubrir, sin conseguirlo, la inmensidad del Saso. 

Año 1881. Por entonces fue aumentando el número de las Audiencias, que no eran más que 15, a 80, de las cuales correspondieron dos a Navarra y una a Tafalla. Aquellas Audiencias que radicaban en los lugares donde se instruían los sumarios recibieron el nombre despectivo de "Audiencias de perro chico".
El Ayuntamiento no quiso construir edificio destinado para Audiencia, creyendo acertadamente que no durarían mucho tiempo, y habilitó para ello el segundo piso de la Casa Consistorial. 
El primer juicio oral que hubo fue contra un tal Gorricho, que había cogido esparto en el Saso y fue absuelto. El segundo fue el de un zapatero que la noche de Todos los Santos del 82 asesinó de un pistoletazo  a su cuñado Cornelio García y fue condenado a cadena perpetua. (D. Angel Morrás)(Escenas de la vida tafallesa)





En el pequeño cobertizo, junto al caserío, los letreros de los Gregoricos y de Valeriano Iriso humanizan el lugar. 
La historia de los Gregoricos magníficamente relatada por Arantxa Marco, y la de Valeriano tantas veces escuchada en casa. 
Bajo por el mismo camino al cruce. 



El Caserío de Manuel se encuentra a diez minutos escasos. Está vacío, aunque en el serenado, se ve actividad de ganado menudo.
El camino continúa hasta llegar a la Cañada. 
El viento azota sin piedad los campos desnudos. En las pequeñas balsas que me  encuentro, no hay hielo. Hace mucho frío pero no ha llegado a helar. 
En la Cañada Real el piso está bueno. 
Moncayuelo se deja ver enseguida. La Navascuesa, a mi izda., observa atónita al único paseante de esta mañana. 
El camino hace una amplia curva a la dcha. y comienza a ascender. El vértice geodésico, que abajo era un punto blanco, ahora se distingue con nitidez. 
Cuando termino de ascender, las tierras llanas de la Ribera Alta se extienden desde la ladera.




El monolito que colocaron cuando construyeron el parque eólico aguanta las embestidas del aire presumiendo de estructura metálica. En Enero de 2006 lo pusieron a la entrada de este parque. En castellano, euskera y árabe cuenta las  andanzas por la zona, de Abderramán en el año 924. 
Lo que no cuenta son los desmanes y saqueos que hacía. 
Si pudiéramos hablar con nuestros antepasados, nos pondrían los pelos de punta porque el califa era un "pájaro" de cuenta.







10,00 horas. Moncayuelo. En todo el recorrido no ha soplado el viento como aquí. No se puede parar. Saco el altímetro: 499 m. Una foto desde aquí y me voy para abajo buscando el abrigo del cierzo. Me consuelo acordándome de los que están cogiendo olivas.
Antes de llegar de nuevo al monolito escucho voces a mi espalda. Cuatro ciclistas jóvenes me adelantan saludando. En el cruce tuercen hacia Falces. 
Camino en dirección O. y, ya me he pasado otras veces, tomo el primer camino a la izda. en lugar del segundo. 
Cuando me doy cuenta retrocedo y vuelvo al camino bueno. 


Antes de llegar al cruce que lleva a la Navascuesa unos tamarices enjaulados y raquíticos malviven en medio de la nada.
Me dan tanta lástima que les hago una foto para alegrarles el día. Es el problema de las repoblaciones. Se plantan los árboles, se les protege del ganado y, si te he visto… no me acuerdo. 
Campo a través salgo al camino que sube al caserío. 



10,50 horas. Caserío de la Navascuesa. 
En el corral no hay más que una gata con cuatro gatitos. Los cachorros juguetean encima de la paja, en cambio la madre no me quita ojo.





Al abrigo de la tapia semiderruida me siento a almorzar. Aquí el día está engañoso. El edificio protege del viento. El cielo se ve despejado. Se está bien. Pero cuando me levanto y vuelvo a caminar, la mañana sigue igual. 



Desciendo desde el montículo del caserío. 
El camino es ancho y nuevo. A las lomas verdes en barbecho y cereal les falta más o menos un mes para alcanzar todo su esplendor. 
El recorrido se vuelve monótono. El cielo cada vez está más nublado aunque, con esta ciercera, será difícil que llueva. 
A mi izda. está el cerro donde se encuentra el pozo Zacanatero, pero no me quiero salir del camino para que en el mapa quede el itinerario lo más ajustado posible. 
Entro en la zona donde se ha sembrado maíz. Robadas y robadas esperando a que las cosechen. Me dijeron que con tanta abundancia de grano, los jabalíes están proliferando por la zona y se "ponen las botas".






11,25 horas. Llego a la Chiquitina y me meto en el coche. Emprendo la vuelta a casa. En toda la mañana, salvo los cuatro ciclistas de Moncayuelo, no me he encontrado con nadie. Casi 19.000 robadas para mí solo. Todo un lujo. 


Este es enlace para ver el recorrido de hoy




miércoles, 20 de noviembre de 2013

Un proyecto ilusionante




Domingo, 17 de Noviembre de 2013

El Consorcio de Desarrollo de la Zona Media coopera con Cederna-Garalur en un proyecto muy interesante. Lo han llamado "Por nuestros caminos". 
Pretenden, a grandes rasgos, recuperar viejos caminos que tengan cierta importancia etnográfica, histórica o de unión con otras localidades vecinas. 
Pedro Leralta, concejal de Tafalla, me propuso colaborar en el proyecto. 
Este blog pretende, en la medida de sus posibilidades, dar a conocer los caminos, fuentes, caseríos e incluso historietas de nuestro término, así que acepté encantado. 
Le sugerí tres recorridos: De Tafalla a Olite por el Estremal; Valditrés-Romerales-La Laguna; y El Saso. 
Como necesitan un mapa de los recorridos en cuestión y no tengo subidos a Wikiloc ni el de Romerales ni el del Saso, hoy nos vamos a dar una vuelta por las cercanías de Beratxa.
Son las 08,00 horas. Magán marca 8º y la farmacia 7º. El cielo está completamente cubierto. Hace frío y la amenaza de lluvia es real. Hoy salimos Inma y yo solos. Juanjo y Rosa tienen la Confirmación del hijo y están a lo que tienen que estar. 
Subimos hasta la cooperativa del cereal y por Galloscantan salimos a la carretera de Miranda. 
En el Caracierzo de la Celada las viñas se han vestido de otoño. Unas picarazas acurrucadas en las acacias graznan con fuerza, señal inequívoca de frío invernal. 
En el Planillo distinguimos a dos cazadores que otean el horizonte en busca de las presas deseadas. 



Bajamos al Prado de Rentería. Los aspersores, dormidos, vigilan el inmenso manto verde que se extiende hasta Valditrés. Son las 09,00 horas
Al llegar a la ladera de Beratxa torcemos a la izda. El camino es bueno y amplio. 
Llegamos a la entrada de la Cantera de Ros. Aunque se puede pasar, el agua que desagua la balsa cruza el camino de un lado a otro. No entramos a buscar la fuente porque nos llevaría mucho tiempo.




09,15 horas. Cantera de Ros o de Malamadera. Las paredes descarnadas dan un aspecto desolador al lugar. La caseta desvencijada de la orilla tiene los días contados. 
Volvemos al camino principal porque nos queremos asomar a Candaraiz. 
Los carrizos del barranco están altos. En primavera no pudimos pasar por la cantidad de agua que inundaba todo el terreno. 




La cuesta nos acerca hasta el Caserío de Eulalio.
09,30 horas. Candaraiz. El horizonte es amplio. Los humildes caseríos contemplan el paso de hombres, estaciones y cultivos. 
La Escolara, Sánchez, El Rincón,… nombres antiguos, casi tanto como la tierra que habitan. 
Volvemos por el mismo camino hasta que llegamos a una bifurcación a la derecha.
Se oyen tiros en los pinares. Un cazador acompañado de un chaval viene hacia nosotros. Nos dice que lleva la mañana en blanco. Estaba cazando junto a la carretera de Miranda y, al oir los tiros, ha venido hacia aquí para ver si "pilla" algo de lo que se ha escapado. 
El camino discurre al lado de pinares y de campos de cereal. 
El cielo cada vez está más amenazante. 
Lo digo una vez más. Este rincón es para mí el más bonito del campo tafallés. 


10,00 horas. Balsa de Romerales. Está preciosa. 
Debajo de un pino, de pie, paramos a almorzar. Ha comenzado a caer una fina lluvia. La naturaleza se ha aletargado. Los romeros que pueblan los cerros cercanos esperan pacientemente la llegada de la lejana primavera.

25 de Junio de 1788. Antonio Elorz, Salbador de Unzué y Josef Flamarique, guardas juramentados, manifiestan que ayer tarde, en lo que serían entre cinco y seis de la tarde, cogieron el ganado menudo de Antonio Esquíroz y Amézqueta, en el término de los Romerales, que los custodiaba un muchacho que le dicen Malo. (Fernando Maiora)(Tafalla del Reino de Navarra) 


Orillando la balsa, cruzamos un sembrado y llegamos al camino que nos acerca hasta el antiguo vertedero comarcal. 
La estrecha carreterilla se eleva por encima del término de La Laguna. Junto al caserío varios vehículos de cazadores están aparcados. 



La Laguna este año no se ha secado. No es extraño. Hasta hoy llevo recogidos más de 700 litros de lluvia. 
En un olivar cercano, dos jóvenes rastrillo en mano, están recogiendo olivas. Se  hablan a gritos. 
Salimos a la carretera de Miranda. Cruzamos hacia la Cuesta de la Calera pero nos desviamos a la izda.
Bajamos por la Cuesta de la Celada. Un todo-terreno verde, con el conductor puro al morro, se para junto a nosotros. Ignacio "Pichón" nos dice que estaba cazando en Don Galindo y que, al ponerse a llover, ha almorzado y… "pa casa". 
Le pregunto si ha sido fructífera la mañana y nos dice que viene de vacío.
De vacío pero "almorzao" y "apurao".



11,10 horas. Entramos en la urbanización. Los "enredos" que decía el Templao. Algunos paseantes llevan el paraguas abierto. Ya no llueve aunque el día esta mustio. 
Hemos dado esta vuelta clásica para nosotros. Siempre interesante y placentera. Y hemos grabado el recorrido para poder enviarlo al Consorcio. Mañana cumplida. 

Este es el enlace para ver el recorrido de hoy




lunes, 11 de noviembre de 2013

Paseando por el Almendrolar






Domingo, 10 de Noviembre de 2013


El jueves pasé por la carretera de Estella y se me ocurrió para hoy dar una vuelta por el Vaquero. Un término tan cercano a Tafalla y que, sin embargo, lo andamos poco. No tiene fuentes ni caseríos pero, quizá por su humildad, hay que ir en otoño a disfrutar de su solitaria calma. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 12º y la farmacia 11º. El cielo está encapotado, plomizo. El viento sopla húmedo. Si hay suerte, puede que no nos mojemos. 
Salimos por la crta. de Estella y al llegar a la serrería de Martínez, tomamos el camino que se adentra en el campo. 
Subimos un momento por una bifurcación a la izda. hasta la verja de una finca. En la casa no hay nadie. Nos quedamos sin saber si es la de Sebastián Guillén.
El camino continúa rodeando el cercado. 




Entre campos nacidos y barbechos llegamos al Vaquero.  
El paseo es suave, por buen camino. Los campos se suceden monótonamente. 
Lo que predomina es el cereal de secano. 
Hemos dejado abajo el Corral del Vaquero, junto a la carretera, y cruzamos el canal por su parte enterrada.


Las viejas casetas, que servían de cobijo a hombres y caballerías en los días de lluvia, soportan, a duras penas, el paso del tiempo. A casi todas les falla la techumbre y la ruina es inminente.  
Salimos un momento del camino para dar una vuelta por una pequeña propiedad. 




Tiene varios olivos y uno de ellos, de la variedad negral, muestra sus frutos negros y brillantes.
Rosa, que es de casa de olivos, apunta: - Esta variedad siempre se ha cogido para la Inmaculada.

Continuamos nuestro recorrido. Nos acercamos a un corral. 
A nuestra izda., tres cazadores con sus perros no nos prestan ninguna atención. Un tiro lejano hace ladrar a los chuchos. No nos preocupa que sea domingo de caza porque el terreno es llano y despejado.



09,05 horas. Corral de la Mariana. Se está cayendo.
Hará un par de años se conservaba bastante mejor. Las lluvias y la intemperie hacen estragos. 
Lo miramos desde fuera con precaución.



En el interior la ruina es total. En cuatro días no quedarán mas que las paredes y, desgraciadamente, las fotos de este blog. 
Salimos de nuevo al camino. Tenemos enfrente, cercano, el Caserío de Valdiferrer y allí que nos dirijimos. 
El ruido de un coche nos hace detenernos. El conductor es Pedro Moso. Charlamos un rato. Nos cuenta que se ha quedado un olivar un poco más adelante y va a dar una vuelta para ver cómo están las olivas. "El ojo del amo engorda al caballo" le decimos. Se ríe.
El día está "contencioso". Antes de la Mariana ha caído una borrasquilla que nos ha obligado a sacar los gorros, paraguas y demás prendas. Ha parado enseguida, pero los nubarrones no nos quitan ojo. 
Subimos al caserío. Aquí tampoco hay nadie.



En el cruce de caminos que está un poco más arriba de los edificios, nos sentamos a almorzar. Son las 10,00 horas
Al N. del caserío hay unas ruinas. Siempre que pasamos por aquí decimos que tenemos que ir a verlas.
Hoy lo vamos a hacer. En el rato del almuerzo el día ha mejorado. Se han abierto algunos claros y el sol quiere dejarse ver.
Pero a lo lejos, en Montejurra, se ve una cortina de agua. En San Pelayo y en Ujué también se están mojando. ¿Cuánto tardará en llegar la lluvia? 
Nos vamos a las ruinas. 






10,10 horas. Campo a través, atravesando barbechos e isletas, llegamos a las ruinas de un corral de considerables dimensiones. Está completamente hundido. Lamentablemente, el Sitna no aporta ningún nombre del lugar, así que nos quedamos, como en las ruinas que están enfrente del Corral de la Quitana, sin saber dónde estamos.  
Bajamos a buscar el camino principal y nos adentramos en uno bastante estropeado que asciende entre pinos. 
Estamos en el Almendrolar. 
"De Perico qué diremos sobre cuestión de cazar, pues éste elimina a Poli, en el arte de exagerar. 
Un día, según nos dijo, salió decidido a cazar por lo menos diez conejos en termino de Mendrolar (Almendrolar), también alguna perdiz salió dispuesto a matar. Lo menos se trajo treinta según le oímos relatar. 
De la primera descarga fue a la mochila a parar siete perdices, cuatro liebres, un zorro, cuatro conejos que les pegó al pasar. 
Con esta y otras mentiras, así me las fue contando, llené toda la mochila y casi medio canasto. 
Al no creérmelo yo, aquello que me contaba, me contestó muy serio que aquello no era nada, que había muerto de un tiro treinta y ocho perdiganas" (Arantxa Marco Hernando)(Vicente Zaratiegui Barado: Los Gregoricos. Raíces tafallesas y genealogía de los Zaratiegui)




Junto a los pinos de la orilla, una seta blanca de buen tamaño llama nuestra atención. 
Juanjo, con manos expertas, la coge y la estudia.






Nos dice que es una amanita de las tóxicas. No es la Phalloides pero que es "prima hermana". La miramos con respeto. 
Para evitar males mayores la arroja al interior del pinar, lejos de la vista.
Este camino muere en una pieza. Continuamos por los sembrados y barbechos. 
En Ujué y en la Valdorba sigue lloviznado. Por la parte de Estella el cielo se ha cerrado. ¡Nos vamos a mojar!.
Pero de pronto se levanta un viento fuerte y, cuando nos tememos el chaparrón, en el cielo comienzan a abrirse unos grandes claros y, sorprendentemente, se queda el mejor rato de toda la mañana. 




10,50 horas. Llegamos al canal. Tenemos que orillar un tramo para poder cruzarlo. Lleva agua, pero no mucha. 
Al otro lado el paisaje cambia. Los coscojos y el cereal dan paso a las viñas. Entre las hojas rojizas y amarillentas, los pequeños racimos que se han salvado de la máquina tienen los granos a punto de estallar. 


Más adelante, un par de sembrados nos hace detenernos. El verdor de sus cortos tallos nos deja admirados. 
El Gurrutxo, solitario y cercano, parece sonreir en medio de tanto colorido. 






11,25 horas. En suave pendiente descendemos hacia la carretera de Artajona. Los pinos de Santa Lucía quieren unirse a esta mañana otoñal. 
El viento hace rato que ha cesado y los nubarrones han cerrado los claros. Sin darnos cuenta comienza a caer una fina lluvia, pero… ya estamos en las Casas Baratas. 




martes, 5 de noviembre de 2013

Otoño en Montejurra



Domingo, 3 de Noviembre de 2013

Hace algo más de un año subí con Juanjo a Montejurra. Era primavera y disfrutamos de una mañana magnífica.
A este monte he subido varias veces con gente de Tafalla, como Nicolás Ciérvide, el Templao y otros, que tenían ganas de conocerlo debido al significado histórico que ha tenido en Navarra. 
Rosa no vino aquella vez y también tenía curiosidad, así que, como el temporal anunciado daba una tregua, nos dimos el gustazo de subirlo otra vez. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 13º y la farmacia 12º. En el cielo hay pocas nubes. 
A las 08,50 llegamos al aparcamiento del "repetidor" e iniciamos la ascensión.




En el primer cruce de caminos, en el poste desmochado, alguien ha tenido la gentileza de indicar con rotulador la dirección. Se agradece. 
El sendero es abrupto y descarnado. Las lluvias, muchas veces torrenciales, lo han dejado deshecho. 
La primera estación del vía crucis asoma imponente junto a los árboles. Es un recordatorio a los mozos navarros que militaron en las filas requetés. 







En la orilla del camino el otoño muestra sus frutos. Un madroño llama nuestra atención. De sus ramas cuelgan las bayas rosadas y verdes. En el suelo proliferan las que han caído tras madurar. 
Seguimos subiendo. El desnivel es fuerte. 
Tras un par de curvas, en la espesura de las encinas, se oyen voces de los que suben. 
De pronto aparecen junto a nosotros y… son de Tafalla. Julio Sota y Oscar Garro, con otro acompañante, han tenido nuestra misma idea. Charlamos un rato y, como son más jóvenes, los dejamos que sigan. 
Cuando se llega a un collado, el camino suaviza su pendiente.



La vegetación se transforma y permite ver, en el fondo del valle, Estella y algunos pueblos. 


Casi sin darnos cuenta llegamos a la ermita de San Cipriano. Blanca y limpia tiene un bancada en su exterior y un pequeño refugio abierto para los días malos. Son las 10,00 horas. Sacamos la barra de pan y unas latas y almorzamos. 
El día está estupendo. El sol luce tibio. En el valle los chopos y las viñas se han vestido de otoño. En dirección a Tafalla, el campo está pardo y desnudo. 



Salimos hacia la cima. Hacemos antes una parada en la capilla del Cristo negro que está cerca de la ermita. Es sobria y recogida. 
El camino se ha convertido en senda. Entre bojes y escaramujos asciende suavemente para bajar, pronunciadamente, buscando la cima del repetidor.



10,45 horas. Vértice geodésico. La cima está ocupada por edificios destinados a la televisión y la telefonía. En las paredes proliferan las pintadas en contra de la línea de alta tensión que va a afectar a varias poblaciones de la zona. 




Desde su borde oriental divisamos Larraga, las canteras de Alaiz y un poco más cerca, el montículo de Arnótegui, al que hicimos una visita este verano. 
Desde el otro extremo descubrimos Toloño, Yoar y la sierra de Lóquiz. 
Monjardín, que parece alcanzarse con la mano, nos espera para otra excursión.
Volvemos por la misma senda estrecha y subimos hasta casi divisar San Cipriano.
Torcemos a la izda. y llegamos a la cima de Montejurra.


11,25 horas. Una espada, a modo de cruz, señala el punto más alto. Estamos a 1.046 m de altitud. La cima es estrecha y pelada. El buzón está vacío. Paramos poco porque sube más gente y no hay sitio para todos.

"La jota navarra es
canto y danza de la tierra.
De Montejurra a Javier 
del Roncal a la Ribera. 
José Menéndez de Esteban.

Para dejar constancia, les mando la foto a unos amigos de Ayegui. 
Comenzamos a bajar. El descenso es malo. Las piedras están sueltas y hay humedad. La pendiente pronunciada cansa las piernas y el andar se hace pesado porque hay que caminar con mucha precaución. 


12,30 horas. Llegamos al aparcamiento. Se nos ha hecho tarde para visitar a los amigos. 
Emprendemos el camino de regreso. El día ha cambiado. Está más nublado, pero nosotros volvemos contentos porque hemos disfrutado de una mañana estupenda de monte.