martes, 22 de octubre de 2013

Entre Valdelobos y el Alto de la Guindilla






Domingo, 20 de Octubre de 2013

Ayer cayeron 3 litros. Hoy ha amanecido casi despejado. El viento castellano, cálido y húmedo, no parece que vaya a traer lluvia esta mañana. Nos vamos a dar una vuelta por Valdelobos o, lo que es lo mismo, por el NE de la muga de Tafalla. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 15º y la farmacia 14º. El día, aunque a estas horas fresco, está bueno para andar. 
Por el camino del Hortanco, orillando el futuro Espacio Escénico, salimos a las Adoberías.




08,20 horas. Nos acercamos a ver la presa de la Estación o de Ereta. Salta en un pequeño tramo. Las últimas lluvias han vuelto generoso al Cidacos. 
El pato de hace quince días nada ociosamente en el remanso que del río. 
Continuamos nuestra ruta. 
Bajamos hasta el túnel que cruza la vía. 
Para llegar a Valgorra, hemos decidido usar el camino de los pinos de la Estación. 
El piso está deshecho. Las últimas lluvias torrenciales los han dejando impracticable. 
Algún trozo de la pared que cae a la vía ha sufrido desprendimientos de consideración que han sido protegidos con vallas. 






08,40 horas. La fuente del Rey tiene el abrevadero limpio. Bajo los árboles no hay ningún resto de suciedad. 
Parece ser que el otro día, en una tertulia radiofónica local, un participante denunció el estado lamentable en que se encontraba el lugar. Sus quejas han sido escuchadas por "quien corresponda".
Por debajo de la autopista salimos al Juncal. El campo está solitario. 
Tomamos el camino que sube a la caseta Redonda. 
Poco antes de llegar, no nos atrevemos a meternos en una pieza labrada para ir  a ver la abejera. La tierra tan trabajada es un barrizal.



09,05 horas. Caseta Redonda de Valgorra o de la Navilla. 
El lugar sigue cuidado y respetado. 
Franqueamos la pequeña puerta de roble para disfrutar de la singular bóveda. 
En los bancos de piedra del exterior hacemos la parada reglamentaria. 
Sacamos los almuerzos y reponemos fuerzas.
En un campo cercano, un cazador sin escopeta ha salido a adiestrar a los perros. 
Dos cachorros, juguetones, se acercan a olisquear las mochilas. 
Enseguida aparece la madre; inquieta y recelosa, empuja a los perricos hacia donde su dueño los reclama con gritos ininteligibles. Nos saluda con la mano y se aleja observando los saltos alegres de los animales.
El camino que va hacia la izda. tiene un curva que lleva a la divisoria de los dos valles: Valdelobos y Valgorra. 
Caminando junto a los molinos, contemplamos las nubadas que entran por la zona de Izaga y de la Higa. En el S. el Moncayo está desaparecido. Al O. Montejurra, al que haremos una visita a primeros de Noviembre, se ve diminuto y lejano. 





09,50 horas. Llegamos al cruce de caminos. El que va dirección N. sigue hasta el caserío de San Lorenzo. 
Nos adentramos un momento en el monte bajo que está a la dcha. Estamos en el Alto de la Guindilla (627 m). Al fondo Valgorra se despereza en esta mañana rara. El viento castellano agita las aspas de los molinos. Ayer me dijo un cazador: Si será malo este aire, que los perros, cuando están en el campo, no quieren ni levantar el hocico del suelo
Juanjo, nuestro vate oficial, improvisa un pareado pero lo deja a medias porque dice que no está inspirado: "Desde el alto de la Guindilla, se ve Pueyo, Olite y casi Sevilla...."
Descendemos hacia San Lorenzo. En el primer cruce a la izda. abandonamos el camino principal y desechamos la idea de llegar hasta el caserío.



A mano izda. quedan las ruinas del corral de Valdelobos. Son cuatro paredes que sobreviven a duras penas. La construcción ha perdido la techumbre y las zarzas y los coscojos se han adueñado del lugar. 





Entre viñas ya vendimiadas y barbechos nos acercamos al puente que cruza la autopista. Son las 10,35 horas. 

"Vendimia vendimiadora
que con tu cara y tus manos
perfumas los racimos
y das color a los granos"
(Arantxa Marco) (Los Gregoricos. Raíces tafallesas y genealogía de los Zaratiegui)

A Juanjo, que es hombre de río, le apetece cruzar el puente y llegar hasta el Cidacos, pero comprende que donde el camino muere, tiene el paraje muy mal andar y hoy es el día menos apropiado para meternos en esos "berenjenales".






Seguimos por el camino que va junto a la autopista. 
Cuando pasamos la finca en la que hay unos avellanos, nos adentramos a buscar una antigua caseta. 
La familia de Rosa tiene en este término una pieza que en su día fue viña.




11,00 horas. La caseta está en ruinas. El tejado era de lajas y se ha desplomado. No quedan más que los restos de los palos (no llegan a maderos) que aguantaban la cubierta. La pieza está labrada, preparada para la siembra. 
El viejo camino de acceso está invadido por la vegetación. Volvemos por él para salir al principal. Los aromas de los hinojos se mezclan con las manzanillas y nosotros los aspiramos profundamente. 
Por el camino principal llegamos de nuevo a la fuente del Rey. 
Los plátanos de los jardines lucen todavía la abundancia de sus verdes hojas. 
Unos negros nubarrones han cerrado los últimos claros sobre la ciudad. 
El verano, tan reciente, parece una estación lejana. 

Este es el enlace para ver el recorrido de hoy



martes, 15 de octubre de 2013

El Alto del Predicadero






Domingo 13 de Octubre de 2013

Hoy salgo solo al campo. Mis acompañantes por una y otra razón no pueden venir. Como digo en la presentación de este blog, andar sin compañía ha sido lo habitual durante muchos años, así que meto lo imprescindible en la mochila, el bocata, la cantimplora y el móvil, y me voy al Plano. 
En Mayo di una vuelta por Las Zorreras y hoy quiero visitar el Alto del Predicadero. Prefiero hacer estas excursiones solo porque, si me meto por algunos andurriales, no tengo que dar explicaciones a nadie.
Son las 08,00 horas. Magán marca 9º y la farmacia 7º. El cielo está limpio. No anda aire y empieza a hacer frío. Me pongo ropa de abrigo.
En los "enredos" no hay nadie. Las chimeneas del polideportivo echan un humo blanquecino que todavía da más sensación de otoño. 





En el chaflán que hace la finca de Chirolas, me desvío por el camino de la izda. 
El agua corre cantarina en la fuente de los Falces. Las aceitunas, verdes y hermosas, pueblan los olivos cercanos. 
En un alto a la izda. hay una pequeña plantación de encinas, a las que sus dueños miman con la idea de obtener algún día trufas. 
El camino poco a poco se pone cuesta arriba. 
Al llegar a lo más alto giro a la izda. porque tengo ganas de ver, desde el Canto, la Plana de Olite. 
El día está frío. En los sombríos se agradece el abrigo. Hurgo en los bolsillos y encuentro los guantes. Apetecen. 
Abajo en las viñas, se oyen gritos de cazadores azuzando a los perros.
Dando un par de curvas pronunciadas, salgo al camino principal. 
Entre encinas y coscojos llego al Raso. Un camino nuevo lo corta en toda su longitud. 
Lo cruzo y me introduzco de nuevo en el bosque; llego a la Cruceta. 



09,15 horas. El sol empieza a calentar. Se escucha un tiro lejano. 
Bajo por el camino de la izda. en dirección al Saso. 
Cuando estoy abajo, junto a unos grandes maizales, decido no subir hasta la balsa de Cabriteras. Tomaré un camino nuevo que bordea las Zorreras y saldré al camino del Saso. 





Desde ahí diviso el lugar al que me dirijo. El Alto del Predicadero. 







09,35 horas. Estoy en el borde de ese camino. Las plantas del maíz me dejan ver a duras penas el Caserío de la Chiquitina y el de Gregorico. Al S. la punta de Moncayuelo mira con admiración a su hermano mayor el Moncayo. Me siento junto al camino y almuerzo. 
Comienzo a subir por el camino que va al Plano y, cuando me parece oportuno,  me introduzco en el pinar. 
Tiene mal andar. El invierno pasado hicieron limpieza del arbolado y han dejado las ramas sin triturar ni recoger. Camino en dirección O. 
Al fondo a la dcha. se vislumbra claridad, pero a la izda. el paraje es sombrío y frío. 
Me paro un momento y aprovecho para llamar por el móvil a un buen amigo  por su cumpleaños. A pesar del cambio de "prefijo", está hecho un chaval.






10,15 horas. Sorteando mil obstáculos subo y subo hasta llegar a donde el terreno se pone llano. 
En el interior del pinar, el suelo está alfombrado de musgo. Los chaparros pugnan por hacerse un hueco donde entra el sol para poder vivir. El lugar es sombrío, oscuro e inquietante. Hacia el S. no se ve ninguna luz. 
Jimeno Jurío dice que este alto tiene 465 m. 
Tiro de altímetro y empiezo a dar vueltas. 458 m.: sigo para adelante. 452 m.: vuelta para atrás. 
Llego a un punto en que marca 463 m. y, si me muevo en cualquier dirección, la altitud baja; así que me digo a mí mismo que estoy en lo más alto.

"Alto del Predicadero. En el borde SO del Plano (465 ms. de altitud), cerca de la casa-refugio municipal, dominando los términos de Lazarau y el Saso. El nombre parece muy reciente y resulta desconocido para muchos tafalleses que siguen llamando a la zona "las Zorreras" y al citado alto, la "punta de las Zorreras". (J.M. Jimeno Jurío)(Toponimia histórico-etnográfica de Tafalla)


Desde aquí puedo salir a la Caseta del Plano, pero prefiero buscar el camino que lleva a ella y tomarlo de vuelta a casa. 






10,35 horas. Con buen firme y rodeado de encinas, salgo a la entrada del camino principal.
En el raso, junto a la plantación de aromáticas, tomo la senda que me saca a la Cuesta del Melón. 




La tormenta de hace diez días ha hecho estragos en el camino. En la cuneta izda. el agua ha levantado el firme y ha arrastrado grava y tierra a la finca de Chirolas.  

11,00 horas. Veo la bicicleta apoyada en el nogal y entro a echar un trago de agua. No veo a Félix, pero en la puerta de la caseta tiene colgado el pantalón y la camisa. No puede andar lejos. Me ve y aparece entre los árboles. 
Hablamos del destrozo del Melón. Está quejoso por cómo se han hecho las obras. Me dice que toda el agua que bajaba por la cuesta entró en lo suyo y que ha tenido que sacar más de sesenta carretillas de grava y lodo. 
A pesar de su buen carácter, Chirolas se cabrea porque dice que no se hicieron las debidas cunetas en el camino y que cada vez que caiga una tromba va a volver a pasar lo mismo. 






Me enseña unas flores de color rosa fuerte. Se llaman Cosmos del Japón. Dice que se cortan las flores sin tallo y se ponen para adorno en un recipiente ancho con agua como si fueran pequeños nenúfares. Me regala media docena. 





Después me lleva a la fuente de los Falces. 
La tormenta en ese camino también ha hecho destrozos. Se ha pasado toda la mañana sacando la jasa de las askas y haciendo con ella un pequeño parapeto, para que proteja la fuente ante posibles nuevas avenidas.  
Vuelvo para casa. 
Entro de nuevo en los "enredos". Son las 11,50 horas
La urbanización se ha animado. Mujeres que pasean al perro, parejas que salen al campo y algún que otro ciclista transitan por las amplias aceras que rodean la nada. 
En el Plano, el Alto del Predicadero seguirá solitario y sombrío.  


martes, 8 de octubre de 2013

El Chorrón y las Fuenticas





Domingo 6 de Octubre de 2013

En el año 1599, los vecinos de Tafalla, asustados por la peste que asolaba ciudades próximas como Pamplona u Olite decidieron, según nos cuenta el Padre Beltrán, rodear la ciudad con un rollo de cera encarnada. Llevaron en procesión la imagen de piedra de San Sebastián. En Tafalla no se registró ningún muerto por la peste. De ahí viene el origen de la "Procesión de los Muros".
Así que a las 7,30 subimos a Santa María para participar, más de cuatrocientos años después, del rezo del rosario por las calles y la posterior misa. 
Como los auroros, al término de la celebración, obsequian en el atrio con unos pequeños bocadillos de chistorra y vino, se nos hace más tarde para salir al campo.
Son las 10 de la mañana. Cuando hemos salido de casa Magán marcaba 14º y la farmacia 13º. Ahora la temperatura ha subido algún grado. El cielo está limpio de nubes. Viene un día estupendo para caminar. 
Como en el Plano los cazadores estarán a la que "salta", propongo a mis acompañantes que bajemos por el Curtido hasta el Chorrón y las Fuenticas. 






En las Badinas, se aprecian las consecuencias de la impetuosa tormenta del jueves. Hay zonas en las que se recogieron 80, 85 y hasta 90 litros en menos de una hora. 







10,15 horas. Los campos están hermosos. A nuestra izda. una enorme finca está alfombrada de alfalfa. En el Canto del Plano la tierra conserva la humedad. 
Cuando rebasamos la central eléctrica, las cepas altas y alineadas muestran sus frutos negros y prietos esperando que entran las máquinas a vendimiarlos. 
Cruzamos el puente por encima de la autopista y, por el camino que atraviesa campos roturados, preparados para la siembra, llegamos a la carretera de Peralta. 





11,00 horas. En la otra orilla las viñas se adueñan del terreno. Olite muestra con orgullo las plantaciones de este cultivo al que le ha sabido sacar partido con sus buenos y prestigiosos vinos. 
En las instalaciones deportivas se oye el griterío de los chavales jugando. En el frontón la pelota de goma, produce un chasquido cada vez que la golpean.




 
Cruzamos la carretera que viene de Tafalla y bajamos, entre el Castillo y los Franciscanos, buscando el paso subterráneo del ferrocarril que nos llevará a la orilla del Cidacos. 
Torcemos ligeramente a la dcha. y por la carretera que sigue recta, llegamos al puente y a la fuente.


 
11,20 horas. El Chorrón. Aunque hemos echado un tentempié en el atrio, nos sentamos a almorzar nuestros bocadillos. 
"El que bebe del Chorrón deja en Olite el corazón". El día sigue bueno. La temperatura es agradable. Por los caminos vemos paseantes que van y vienen aprovechando la mañana. 
Volvemos hasta la vía del tren. Seguimos en dirección norte y, otra vez cruzando el río, llegamos a la chopera donde se encuentran Las Fuenticas. 







De sus tres caños baja abundante agua. La arboleda está limpia, como no la habíamos visto nunca; es un regalo. 
Encaramos el camino en dirección N. Dos campos de tomates hacen que nos detengamos a contemplarlos. Nos hubiera gustado que los estuvieran recolectando, porque verlo hacer a máquina debe ser un espectáculo. 




En las piezas donde el maíz se ha impuesto, las panochas muestran los frutos amarillentos. A izda. los maizales se extienden hasta confundirse con las choperas del Cidacos. Valmediano, reluciente por el sol, observa silencioso la transformación del campo. Y en el horizonte, azul y erguido, Ujué.




 
12,15 horas. Caserío de Solrío, también conocido como Caserío de Aldaz. El pozo, descubierto no hace mucho, tiene un quitamiedos a modo de barandilla. El caserío envejece solitario. Cerramos los ojos y nos lo imaginamos, por un momento, pintado y arreglado; incluso con ropa tendida en su balcón y algarabía de críos en la era. 

"En 12 de Septiembre de 1715, Miguel de Aldava guarda, manifestó haber cogido a Bartolomé Subiza (a) Pulgarrón, cogiendo uvas en una viña moscatelar de Sebastián de Berico, en el término de Solrío, el miércoles pasado hizo ocho días a cosa de mediodía" (Fernando Maiora)(Tafalla, del reino de Navarra)

Con la Recueja a nuestra izda. pasamos por debajo del puente de la autopista. Dos operarios subidos en los andamios se afanan, paleta en mano, en arreglar los desperfectos que provocan el tiempo y el tráfico.
Junto a la finca de Los Cascajos, decidimos tomar el camino de la izda. que nos traerá al pueblo por Torreta. 
Las zarzas están llenas de moras. De una higuera que "chupa" de la acequia, cojo un higo. Al abrirlo, su carne blanca y suelta se deshace en la boca. Hace poco me dijo alguien que los higos hay que comerlos debajo de la higuera. En casa, en una fuente de cristal, no es lo mismo. 
Por debajo de la vía salimos a la plaza de toros y nos vamos a ver la presa.



 
13,00 horas. El agua salta turbia. Un pato (o pata) enorme está nadando plácidamente. Cuando me acerco a fotografiarla sale del agua y nos muestra, dándose un par vueltas, su colorido plumaje. 
En las aceras de la Plaza de Cortés aún quedan restos de las aguas desbocadas el jueves. 

Este es el enlace para ver el recorrido de hoy
http://es.wikiloc.com/wikiloc/spatialArtifacts.do?event=setCurrentSpatialArtifact&id=5397570#