lunes, 29 de julio de 2013

El Boyeral (San Martín de Unx)








Domingo, 28 de Julio de 2013

El Consorcio de la Zona Media editó una guía con 20 paseos balizados. Cuando la ojeaba, el paseo de El Boyeral me pareció especialmente interesante. Es el SL NA-176-A. Aunque la guía marca 5,2 km, la realidad es que son casi 8 km. Además, por lo abrupto del terreno y con las paradas necesarias para admirar el paisaje, hay que dedicarle unas tres horas. 
Encontré el itinerario subido de forma anónima a Wikiloc y les propuse a mis acompañantes que nos diéramos un garbeo por allí. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 21º y la farmacia 20º. Un suave cierzo que pronto cambiará a solano nos acompaña cuando, con el coche, vamos a casa de Rosa y Juanjo. 






A las 08,20 horas. Aparcamos frente al Ayto. de San Martín y, por la calle que baja en fuerte pendiente a la izda. del restaurante de Tomás, comenzamos el recorrido.  




Cuando terminan las calles salimos a un camino que desemboca en un tramo corto asfaltado. A la izda se encuentra la depuradora de aguas de la localidad. 


El primer cruce a la izda. nos lleva al puente de la Cubilla. El barranco del Cubillas es profundo. Los árboles se han adueñado del cauce y el agua salta ruidosa entre la piedras. Es excepcional ver los barrancos con agua en estas fechas, pero es que este año pasado también lo ha sido.



A pocos metros del puente hay que tomar el camino de la izda. El recorrido de hoy es de los que se denominan "circulares". Vamos por el de la izda. y regresaremos por el de la dcha. 




El camino es viejo y poco transitado. La vista de San Martín es diferente. El pueblo se encarama por la colina agarrándose con fuerza a las faldas de su parroquia. En los altos de Guerinda, los molinos ya han dado la vuelta y miran en dirección E. 
Llega un momento en que el camino aprovecha el cauce del barranco de Valmayor. El agua corre a nuestro lado pero nos deja avanzar. 



Poco a poco, el barro lo hace intransitable. La solución es subir a un cuidado olivar que está a nuestra izda. y salir al camino cuando se pueda andar. 
Rodeamos la plantación y, por el rincón más alejado, encontramos la salida que nos lleva de nuevo al buen camino. 




09,05 horas. Nuevo cruce. Ahora hay que tomar el de la dcha. 
Despacio, por una estrecha senda, subimos saboreando el paisaje. En el O. Montejurra, Yoar y la Sierra de Cantabria recortan sus siluetas azules en un cielo blanquecino y limpio. 

En esta reserva se desarrolla una variada vegetación mediterránea entre la que destacan la carrasca, el roble, la sabina, el enebro, el escambrón, el romero y el tomillo. Esta vegetación acoge a la práctica totalidad de la fauna ligada a este tipo de ecosistema. Entre los mamíferos se encuentra el zorro, el gato montés, el tejón, la gineta, la garduña y la comadreja. Aunque escasos, se pueden observar varias especies de reptiles y anfibios como las culebras bastarda, de escalera y coronela meridional, y el lagarto ocelado, lución, eslizón tridáctilo y varias lagartijas. 
  
Las aves más representativas de este enclave son las currucas, que encuentran entre la maraña de la vegetación baja, protección y comida. También están representados varios miembros de la familia de los escribanos, la cogujada común y la montesina, las tres especies de alcaudones presentes en Navarra, las collalbas gris y rubia, además de la perdiz, roquero rojo, ruiseñor común y bastardo, entre otras especies. Aunque no nidifican en la reserva, varias rapaces tienen sus áreas de caza en ella, como son el águila real, el águila culebrera, el ratonero, milano negro y real, el cernícalo y el búho real... (Boletín de Gurelur) 





Caminamos entre coscojos, romeros y enebros. La vegetación se ha adueñado del lugar. A veces hay que emplear con contundencia los bastones para abrirse paso. 




Ante nosotros, el paraje llamado de Valmayor muestra la riqueza del bosque mediterráneo.

  
09,30 horas. Llegamos a la altura máxima de hoy: 641 m. Es un pequeño collado.
Desde aquí la vista alcanza otros horizontes. La laguna de Pitillas se extiende en la llanura. Al fondo, el Moncayo intenta mirarse en sus aguas sin conseguirlo. Las almenas del castillo de Olite destacan entre las casas. 




Es hora de almorzar. Las rocas amplias y lisas nos sirven de asiento. En el E. el monte quemado del repetidor de Ujué mira hacia el pueblo oculto a nuestra vista por el montículo del cementerio. 
La ruta que llevamos comienza el descenso hacia el fondo del valle. Por senda estrecha cruzamos la cabecera de lo que suponemos será un barranco y salimos a un camino mayor. 



Junto a una gran pieza torcemos a la dcha. y llegamos a las ruinas del Corral de Zaramendi. Son las 10,15 horas. 
El paseo se alarga, pero es cómodo de hacer. Dejamos una pequeña balsa a la izda. y, cuando llegamos a un cruce de caminos, el bueno gira 90º a la dcha. En este punto hay que tener cuidado. No hay ninguna señal ni marca en las piedras. Es fácil seguir de frente sin darte cuenta y dar una vuelta mayor. 
A partir de aquí vamos ascendiendo hasta llegar a una balsa cubierta de carrizos. Un poco más adelante llegamos al cruce de la mañana. 
Retomando el mismo camino del comienzo llegamos al puente de la Cubilla.




Una huerta bien cuidada ocupa la parte derecha del barranco. 
Todo lo que hemos bajado hasta llegar al puente, hay que subirlo ahora para llegar a San Martín. 





La cuesta se hace pesada y dura. Resoplando llegamos al coche. 
Son las 11,15 horas
Hace calor. 
La visita al Boyeral nos ha encantado. Un lugar que merece la pena conocer.

En este enlace se puede ver el recorrido de hoy




lunes, 22 de julio de 2013

Una abejera en Valdelobos




Domingo, 21 de Julio de 2013

Siguiendo las indicaciones que me dio José Ramón Mendioroz, hoy nos vamos a buscar una vieja abejera en Valdelobos.
José Ramón es un enamorado de las abejeras y está realizando un estudio exhaustivo de estas construcciones en Navarra. 
Descubrió algunas de las existentes en Tafalla gracias a este blog (para algo tenía que servir) y de otras ha tenido conocimiento mediante conversaciones con cazadores y gente del campo.
Me envió un mapa con las localizaciones de las que yo no conocía. Poco a poco las iremos visitando.  
Son las 08,00 horas. 
Magán marca 23º y la farmacia 21º. El día viene asfixiante. 
Por la calle de La Feria salimos a la Placeta de las Pulgas y de ahí a la Plaza Nueva. 
Desde las Cuatro Esquinas hasta los Jardines, el suelo es un basurero. 
Latas, bolsas de plástico y papeles; todo se tira sin ningún pudor.





08,25 horas. Fuente del Rey. De su pintarrajeado caño cae un buen chorro. 
Al lugar se accede por un pequeño puente de estilo japonés que cruza el barranco de Valgorra. 
A la sombra de los plátanos, una mesa de hormigón con sus bancos sirve de merendero a los paseantes. Pero algunos piensan que es un vertedero de basuras. Aquí también latas y plásticos se esparcen por el suelo haciendo poco apetecible la parada ¿y nos consideramos civilizados?
Cruzamos el túnel de la autopista y tomamos el primer camino a la izda. 
Pasamos de La Navilla a Valdelobos. Junto a viñas y cebadas vamos ascendiendo lentamente. 
Por una senda estrecha nos acercamos a la abejera en ruinas.




09,00 horas. La construcción está en las últimas. La maleza se ha apoderado de todo el conjunto y a duras penas consigo hacerle alguna fotografía. 


Me acerco un poco más. Los huecos donde se ponían los cestos de mimbre son cuadrados. Lleva muchos años abandonada. 
Salimos otra vez al camino que va junto a la autopista. 
En el mapa que me pasó José Ramón, interpreto que puede haber otra abejera un poco más arriba. 
Nos pasamos de largo y tenemos que volver para coger un viejo camino a la dcha. 

"23 de Enero de 1775. Antonio de Osés, mayor, vecino de esta ciudad... Que el sábado último, entre una y dos de la tarde, cogió un rebaño de ganado menudo, propio de Sebastián de Huarte, en viña de la viuda de Joaquín de Espronceda, en el término de Baldelobos, que lo custodiaba el pastor de dicho Huarte, que no sabe cómo se llama, pero le dicen El Chaparrero" (Fernando Maiora)(Tafalla, del Reino de Navarra)

Desembocamos en una pieza de cebada y la orillamos. Por una estrecha senda entre la maleza, que podría ser de jabalí, salimos a otra pieza.
Tiene dos zonas: una sembrada de cebada y la otra de trigo. Caminando entre los dos cultivos llegamos a la otra orilla. 
Damos un par de vueltas por el cerro. En la lejanía divisamos varios montones de piedras, pero ninguno tiene pinta de ser abejera. 




Llegamos a un almendrolar y en una sombra, almorzamos. Son las 09,45 horas
El día viene fuerte. Le hemos echado un vistazo al periódico antes de salir y avisa que hoy va a ser el día más caluroso. Apetece beber agua. 
Tomamos un camino en la orilla de la finca. 
Suavemente descendemos entre olivos, viñas y almendros. A nuestra izda. el Alto de la Guindilla se pregunta si subiremos a hacerle una visita. Hoy no puede ser. Hace demasiado calor para andar por esos lugares. 
Casi sin darnos cuenta salimos al camino que va junto a la autopista.




Al pasar junto a unas matas, noto un intenso picotazo en la pierna. Pienso que han sido las ortigas, pero no. Juanjo, a prudente distancia, descubre que he golpeado accidentalmente un avispero y algún habitante se ha "mosqueado".
Inma hace un emplaste de barro y me lo pone en la piel. El alivio es inmediato. 
Cuando llegamos al túnel de la autopista, decidimos seguir de frente para salir a la carretera de San Martín y volver por debajo de San José a casa.





11,05 horas. Presa de la Estación o de Ereta. Todavía salta agua. En su borde tres bolsas con basura se han quedado atascadas. 
¡Vamos a tener que declarar hoy el día de la porquería!
El Pozo Redondo está redondo de verdad. Los imponentes plátanos del Paseo de Ereta hunden sus descarnadas raíces en el barro de la orilla. 


Por la calle Hortanco llegamos al parque del Conde. La tapia de cañas de un huerto permite ver las construcciones de este singular rincón tafallés. 
El parque está vacío. La hierba, recién regada, refresca el paseo. 
La mole de hormigón del Espacio Escénico contrasta con la humildad de las paredes del antiguo convento de las Recoletas. 
Junto a las acacias y laureles que dan sombra a la parte de arriba del lugar, contemplamos el vuelo rápido y sincronizado de las golondrinas. Son las 11,30 horas. 

Este es el enlace para ver le recorrido de hoy

lunes, 15 de julio de 2013

El bosque de la Fuente de los Ángeles





Domingo, 14 de Julio de 2013

Varias veces he estado en la Fuente de los Ángeles. La entrada está en la carretera de Ujué, aunque todavía es término de San Martín. El Consorcio de la Zona Media, en la guía de senderos que publicó en el año 2000, ofrece un paseo de 4,4 km en el denominado Sendero Local NA-175A. 
Patxi Olite, en Enero de este año, subió a Wikiloc un recorrido de algo más de 13 km que nos resulta muy apetecible. 
Son las 08,15 horas. Después de ver a los Miuras entrar en los corrales, nos vamos con el coche a buscar a Rosa y Juanjo.
Magán marca 21º y la farmacia 20º. El día viene caluroso. 
Cargamos abundante agua en la mochila y a las 08,30 aparcamos en la entrada del camino que va a la fuente.



 Hay dos puertas que cierran el camino. La primera es una valla simple de las que se usan en la construcción para el cierre de las obras y la segunda ya tiene más fundamento. 
A pocos metros de esta puerta, el camino tiene un desvío a la dcha. que lleva a la Fuente de los Ángeles. 
Nosotros tomamos el de la izda. 
Amplio y en buen estado, asciende suavemente resguardado por dos bosques de robles. 
Cuando llegamos arriba, salimos a una pista blanca que lleva al parque eólico del Chucho. 
Nosotros torcemos a la izda. en suave descenso para volver a girar a la dcha. en dirección a la ladera del monte. 



08,30 horas. Estamos en la falda del Txutxu o  Chucho. Con sus 932 m de altitud, es el "techo" de la sierra de Ujué.




La vista que tenemos ante nosotros es una maravilla. Hacia el N. La Val de Aibar con sus campos ocres y sus viñas verdes. En el fondo se distingue la silueta azul de Arangoiti. 
Más cercano, enfrente, Monte Julio y, en el fondo del valle, Lerga, Aibar, Ayesa y Abaiz. 
Casi sin darnos cuenta, el camino por el que suben los de Lerga a Ujué, nos lleva a un punto que obliga a abandonarlo para comenzar a subir la ladera oriental del Chucho o Txutxu. 



Este camino es medio senda, medio barranco. En unas piedras que están en la sombra, hacemos la parada "reglamentaria" para almorzar. 
Rodeados de la espesura del monte, el lugar es fresco y agradable. Los bocadillos saben distinto. 
Seguimos. A la izda. una estrecha y empinada senda nos hace sudar. Por fin salimos a la pista que lleva a los molinos.



Llaneamos un buen rato y, al doblar una curva..., aparece ante nosotros Ujué en todo su esplendor. El día está tan claro que nos parece que lo vamos a tocar con las manos. 



Donde termina su ladera, el trigo y los chopos comparten vecindad con los barrancos alegres de esta lluviosa primavera. 
La pista tiene buen andar. Vigilados por el Castillazo, vamos avanzando hasta que lo perdemos de vista.
El camino serpentea por la ladera. Juanjo me dice que es un camino de herradura, no solo por el piso sino también por la forma. 




11,00 horas. En la margen dcha. encontramos un pequeño charco y la explicación de que esté lleno. De la pared del monte se filtra el agua. Si le pusieran un caño, tendríamos una fuente.  
Al doblar una curva, un cicloturista pedalea con esfuerzo. Nos saludamos. 
El Gps avisa de que hay que cortar por medio del monte para evitar dar una vuelta un poco más larga. 
Como vemos que va a ser complicado meternos en la espesura, decidimos continuar el camino para llegar al mismo sitio.
Tenemos delante el Txutxu al que se le distingue el vértice geodésico. Un camino, entre molinos, lleva a su cima. 
Nosotros tomamos el que baja a la izda. para llegar a nuestro objetivo de hoy: La Fuente de los Ángeles. 
Hay cuatro molinos y en el último se acaba la pista. Una senda nos acerca hasta el robledal que está cercado. 
Comenzamos a descender entre enebros y arañones. 
Cuando nos parece que tenemos que bajar hasta el fondo del valle, el aparato avisa: Hay que saltar la alambrada y meterse en el bosque. 
Una estrecha senda que discurre al lado de un arroyo, nos lleva por medio de los robles. 
El silencio solo se rompe por el murmullo del agua en su rápido discurrir hacia abajo. 
Lo escondido y silvestre del lugar nos deja boquiabiertos.




12,40 horas. Entre los árboles se adivina un pequeño claro y unos robles de gran porte. Estamos en la Fuente de los Ángeles. 
Las abundantes lluvias casi han llenado de fango la pila de la fuente. El caño, cegado, obliga al agua a salir por la pared. Juanjo llena la cantimplora y nos ofrece un agua limpia y fresca que levanta el ánimo. 
Volvemos por el camino que está marcado en el Sendero Local y salimos al punto en el que hace más de cuatro horas nos hemos desvíado por otro camino. 




Cuando llegamos al coche, echamos un vistazo atrás. Son las 13,20 horas. Hemos disfrutado de una excursión estupenda contemplando La Val de Aibar, caminando por detrás de Ujué y adentrándonos en la espesura del bosque de la Fuente de los Ángeles. 

Este es el enlace, del itinerario creado por Patxi Olite, para ver el recorrido de hoy. 

lunes, 8 de julio de 2013

Santa Ágata-Basagaz-Alto de la Maquesa






Domingo, 7 de Julio de 2013

El calor ha llegado. Ha tardado pero se está haciendo notar. Hoy nos vamos a la Valdorba en busca de algo de frescura. Dos veces se nos ha resistido el monte Basagaz, frente a Iracheta, pero hoy lo vamos a subir. 
Un tal Itxas-Argia, que supongo que será un seudónimo, tiene colgado en wikiloc el itinerario: Basagatz - San Pelayo. 
El monte Basagaz en realidad es el monte Uzquita y tiene 989,8 mts de altitud.
Son las 08,15 horas. Magán marca 21º y la farmacia 20º. Hoy salimos un cuarto de hora más tarde porque el toro de Alcurrucén por poco no entra en la plaza.
A las 08,45 horas aparcamos en la entrada del Señorío de Iriberri. 



Una vez pasada la puerta metálica nos encontramos con dos caminos. 
El de la dcha. pasa junto a las ruinas del Señorío y el de la izda., junto a unos restos de construcciones, asciende hasta una langa que pasamos.  




La cuesta que tenemos por delante es larga y pesada. El suelo, por las abundantes lluvias, está descarnado. A ambos lados los bojes conviven con los pinos de repoblación. El día viene fuerte de calor, pero la sombra de los árboles alivia  el caminar. 
Cuando llegamos al final del camino, el Gps nos obliga a tomar una senda pequeña que nos introduce en el bosque.
A partir de aquí la excursión comienza a complicarse. Si no llevas la ayuda que  llevamos nosotros y no eres un gran conocedor de la zona, es imposible llegar a nuestro primer objetivo: Santa Ágata.
Cruzando una alambrada, salimos a un campo de labor donde la hierba nos llega a las rodillas. 
El calzado se humedece en los sombríos.
Salimos a una isleta con varios árboles y desde allí, cruzando dos o tres piezas, llegamos a Santa Ágata. 




Son las 09,55 horas. En lo que sería su cima, han colocado un montón de piedras. No tiene buzón pero, aprisionada entre dos piedras, los miembros de un club de montaña han dejado su tarjeta.
Miramos al fondo del valle y descubrimos Uzquita. El pueblo, pequeño y recogido, parece abrumado ante la proximidad de la Higa de Monreal y de la Peña de Izaga. 

"Caminando, ahí está Uzquita. Una familia vive su soledad y nadie le roba la paz. Ni el perro, mi perro que lo sabe, ladra. Ni el caminante, que soy yo, molesta. Es mañana de poco hablar. El camino va entre encinos y coscojos. Arriba hemos dejado algún roble. Nuestro andar es como un examen de reválida de la rica flora valdorbesa. He visto algunos pinos rojos, silvestres. Más rojos todavía en estos días otoñales. Pequeños enebros, tomillos y espliego. Los avellanos, tan buscados por los pastores y antiguos cabreros, para sus célebres varas..." (P.M. Flamarique)(La Valdorba de arriba a abajo)





Pasamos junto a un corral en ruinas y salimos al camino blanco que sube del pueblo a los molinos y que, por la transformación que ha supuesto la instalación de los parques eólicos, enlaza, más adelante, con Amatriain y Amunarrizqueta.  
Cuando se llega a lo más alto de este nuevo camino, el "aparato" nos dice que tenemos que introducirnos en el monte pasando por lo que queda de una antigua borda. 




10,20 horas. Monte Uzquita o Basagaz. El vértice geodésico está junto a unos robles y bojes. Paramos a almorzar. Mientras le hincamos el diente a los bocatas, nos acordamos de los dos intentos que hicimos para llegar hasta aquí. Una vez desde Iriberri y la otra desde Iracheta. Nos resultó imposible y, hoy, si no hubiéramos venido "guíados" tampoco lo hubiéramos conseguido. 

Salimos al camino principal. Desciende hasta una vaguada. Cuando llegamos a  lo más alto de una curva hay que subir hasta un solitario molino.




10,55 horas. Como en Santa Ágata, un humilde montón de piedras indica la cima del Alto de la Marquesa. Tiene 986 mts. de altitud. 
El camino desciende hasta el último molino y enlaza con un camino viejo que nos introduce en el bosque.


Pero antes una víbora de gran tamaño está tumbada al sol sin percatarse de nuestra presencia. Cuando la toco con la punta del bastón, se pone tensa y levanta la cabeza amenazante. 

Llegamos al arbolado. Hace calor pero en este lugar, caminando en medio de un tupido bosque de bojes, robles y arces, la frescura te hace respirar profundamente. 
Cuatro o cinco vehículos todo terreno pasan a nuestro lado. Van todos llenos y sus ocupantes nos saludan con curiosidad. 
Cuando el camino se pone ligeramente cuesta arriba, a nuestra izda., aparecen las únicas hayas que hemos visto en todo el recorrido.




Este camino tan agradable desemboca en la pista de otro parque eólico. 
11,30 horas. Llegamos a un cruce de caminos bien señalizado. A la dcha. sale el que desciende a Amunarrizqueta. El del frente nos lleva a San Pelayo y el de la izda. baja a Amatriain. 
Aunque el recorrido que llevo grabado nos sube a San Pelayo, decidimos acortar el paseo y bajar por el de la dcha. 
La pendiente es impresionante. Si se nos hubiera ocurrido hacer el recorrido a la inversa, en estos momentos estaríamos medio muertos.


11,55 horas. A la izda. hay una balsa que refresca la vista. Junto a ella, en un trozo de tierra sin hierba, tres ranas de un verde claro intenso dejan pasar las horas sin preocuparles ni la crisis, ni el empleo, ni nada de este mundo. Nos quedamos observándolas. Cuando les incordiamos, con un formidable salto, se lanzan al agua.
Seguimos descendiendo. Unos ladridos roncos nos ponen en guardia. Un enorme mastín está suelto en el camino. 
Cuando estamos cerca, se aparta, como asustado, a la orilla y nos mira con sus ojos tristes. No las tenemos todas con nosotros, pero nos hacemos los valientes. 
Cuando le damos la espalda, nos vuelve a ladrar roncamente y no sabemos si son ladridos de despedida o si ha descubierto nuestro miedo. 




12,30 horas. Llegamos a Amunarrizqueta. La vieja iglesia nos ve pasar sin detenernos. Hemos tenido la precaución de llevar el doble de agua que otros días, pero aún así el calor comienza a hacer mella. 

Salimos a la carretera. El coche se ha quedado en Iriberri y hay que ir a por él. Tenemos por delante unos veinte minutos. 
Poco antes de iniciar la cuesta que lleva hasta el cementerio de Iracheta hay un cartel indicador de un puente románico. Nunca nos habíamos parado al pasar en coche, así que decidimos echarle un vistazo. 



12,45 horas. Está totalmente rehabilitado. Es una pequeña joya. Por su único arco, el río Cemborain fluye desde los Altos de Leoz e Iracheta. 
Salimos a la carretera y llegamos a la puerta de Iriberri. Son las 13,00 horas. 
Cuando volvemos miramos por las ventanillas a Basagaz y La Marquesa. Ha sido una excursión preciosa a 25 minutos de Tafalla. 

Este es el enlace para ver el recorrido de hoy

lunes, 1 de julio de 2013

De Valditrés a la Lagunilla de Cascarruejos






Domingo, 30 de Junio de 2013

En la zona más occidental de Tafalla, en el término de la Sarda, junto a la Cañada Real de las Bardenas a la Sierra de Andía, se encuentra la laguna o lagunilla de Cascarruejos. Se recuperó hace dos años y se ha conseguido llenar este invierno. 
Nos vamos a dar un paseo por allí para ver el espectáculo de una balsa de esas dimensiones. Se estima que, cuando está como ahora, tiene una extensión de unas 5 Ha.
Son las 08,00 horas. Magán marca 16º y la farmacia 15º. Sopla un fino cierzo que hace el día llevadero. 
Con el coche nos acercamos a Valditrés y salimos hacia Candaraiz. 
08,15 horas. El campo en Valditrés está exuberante. La hierba alta y tupida convierte todo el terreno en un inmenso prado. El murmullo del agua interrumpe el silencio en su discurrir por el barranco de Valditrés. 






Dejamos el camino de la izda. para cruzar el abundante caudal de agua que corta el paso a la Cantera de Ros. 
08,35 horas. En su base, seguramente convertida en una balsa oculta por la vegetación, el croar de las ranas anuncia que los días venideros van a ser calurosos. 
El camino nos lleva, en suave pendiente, a dar vista a Candaraiz.






A la izda. el Corral de la Escolara no pierde detalle de nuestros pasos. 
Cuando el sendero tuerce a la dcha. se abre el paisaje. Al fondo, el Moncayo tiene todavía un pequeño nevero en su cumbre. Debajo de la Escolara, el caserío de Eulalio sestea al abrigo de las laderas de Candaraiz. 
El camino continua recto en dirección O. 
Al llegar a uno nuevo, lo tomamos y seguimos hacia el N. 
Cuando pasamos por aquí, en otra ocasión, Juanjo bautizó este lugar como "la Toscana de Tafalla". La repoblación de coníferas se hizo de forma que los cipreses y los pinos formaran una hilera que recuerda esos paisajes. 
Por ese camino nuevo llegamos hasta una construcción reciente. 
Marcos está preparando la recogida de la alfalfa. Nos cuenta que en la lagunilla, a primera hora, se pueden ver manadas de patos que salen espantados cuando se ven descubiertos. 




El camino desemboca en la Cañada Real. Torcemos en dirección S. y llegamos a Cascarruejos. Son las 09,45 horas. 
"De 1904. El día 11 a las 4 de la mañana, saldrán los pastores con el ganado que ha de lidiarse en esa Plaza el día 16. Van los mismos novillos que eligió la Comisión y en vez de 14 vacas van 12 y 2 capones que supongo gustarán. A los pastores se les abonará un duro diario y el Ayuntamiento pagará los gastos que ha de satisfacer por la Cañada" (J.M. Urroz Cabodevilla y P.M. Flamarique)(En el Centenario de la Plaza de Toros de Tafalla).

Por un camino viejo, junto al pinar, la rodeamos y en un abrigo del cierzo paramos a almorzar. Los mosquitos se ceban con nuestras piernas. El agua está remansada y los carrizos van apoderándose del lecho. 
En la pieza de al lado, los aspersores están regando sin parar. Los nuevos cultivos de La Sarda necesitan agua. El maíz, las vezas o los guisantes son plantas con mucha sed. 
Seguimos orillando los pinos. Los campos de cebada amarillean. Debajo de los árboles, la hierba abundante y fresca es un regalo para la vista. 
Cuando pasamos de la sombra al sol, la temperatura asciende rápidamente. El cierzo es una brisa. El campo reposa tranquilo agradeciendo el final de las lluvias. En los cantillos los romeros comienzan a florecer. Al frotar las manos en sus ramas, te regalan su aroma auténtico. 



10,45 horas. Descendiendo junto a los sembrados, llegamos al cogote peculiar de este lugar. La próxima vez que pasemos por aquí hemos de subir a su cima. 
Salimos al camino que hemos llevado al principio. 
Antes de volver al coche, entramos a la Cantera de Ros y nos acercamos a ver la fuente de Valditrés. 
Imposible encontrarla. La vegetación la tapa por completo. Una multitud de cardos recios y altos muestran sus espinas amenazantes. Se diría que son los guardianes de la fuente. 
Por el otro lado del barranco, con algunos tramos de mal andar, salimos de nuevo al camino. 
11,30 horas. Llegamos al coche. En todo el trayecto sólo nos hemos encontrado con un caminante y dos muchachos en bici. 
En la ladera de Beratxa, los tomillos y las ilagas se agarran desesperadamente  a la tierra caliza. En el pinar de Porputiain impera el silencio. 


Este es el enlace para ver el recorrido de hoy.