martes, 2 de octubre de 2012

El nacedero de la Fuente del Rey



Domingo 30 de Septiembre de 2012.

Primer domingo de otoño. La lluvia nos ha visitado ¡por fin!. Ha sido bien recibida. Septiembre se ha despedido escaso de precipitaciones. 
Solamente hemos recogido 22 litros. 
Cuando entraron las nubes el viernes sentí una especie de añoranza por Valgorra. Le dije a Juanjo que quería pasear por ese valle y así quedamos. Hay dos lugares imprescindibles para ir por lo menos un día en otoño. Valgorra y el Saso.  
Son las 08,00 horas. Magán marca 12º y la farmacia 11º. El cielo está limpio de nubes. El viento del N.O. es fresco sin llegar a frío. Salimos de largo. La ropa de verano la hemos guardado para el año que viene. 
Bajamos por las escaleras del Conde y vamos a ver el río. 
Han limpiado la presa junto al bocal que lleva el agua al regadío de Larrain y la Recueja. 




El Pozo Redondo aguanta el tipo como puede. Van a hacer falta bastantes litros para que vuelva a ser el de antes. 
Nos vamos por la carretera de San Martín para pasar el túnel de la vía y salir a  la calle de Nª Sra. de Ujué. 


Por los pinos de Ereta se nota la lluvia de la noche del viernes.


Antes de llegar a la fuente observamos que han salido las primeras "quitameriendas", señal inequívoca del tiempo otoñal. 


08,30 horas. Fuente del Rey. Está en las últimas. Con un hilillo lastimero de agua,  nos habla de tiempos de esplendor. Meriendas primaverales, canciones y ganados abrevando en su pila rebosante.

"He oído decir que en Tafalla va a haber grandes cambios. 
¡Imposible! 
En Tafalla no se sabe salir nunca de la rutina, salvo que entiendan por cambios trasladar la Fuente del Rey a la placeta de Camón o viceversa" (El Tafallesico - 15 de Agosto de 1908)

Continuamos hacia Valgorra. Llegamos a la zona del Juncal y visitamos una viña que no está vendimiada.


Al otro lado del camino, el barranco de Valgorra está seco. Su cauce es estrecho. Cuando entran las tormentas, las aguas desatadas de los altos del Mocellaz y de la Guindilla lo ponen bravo y se llevan por delante todo lo que encuentran. 
Tomamos el primer camino a la dcha. La viña que está a su orilla está vendimiada con máquina. Las cepas muestran las raspas vacías como si un ejército de hambrientos hubiera pasado arrancando todo los granos. 


09,10 horas. Paramos a almorzar junto a la caseta de abajo del nacedero. En un coqueto rincón nos ponemos al abrigo. La viña está abandonada, pero los árboles y el entorno indican que alguien hace algunos trabajos. El Churrero  metía muchas horas. Falleció en Marzo. Cuando pasábamos por aquí,  solíamos tener nuestras buenas conversaciones con él.
Salimos de nuevo al camino y en el cantillo de una pieza descubrimos unas escalericas.


09,45 horas. Por el orillo llegamos hasta el nacedero de la Fuente del Rey. 
No tiene puerta y las escaleras bajan adentrándose en la oscuridad. El fondo lleno de piedras está seco. Por debajo de ellas imaginamos que correrá un poco de agua, que es la que echa el caño. 


Subimos hacia la balsa y, para salir al camino, llegamos a una roca que tiene atornillado una especie de pequeño querubín y unas hembrillas que podrían haber sujetado algún cartel. No nos explicamos qué hace todo esto ahí. 


Salimos al camino y cruzamos el canal. Impresiona ver tanta agua. 

"LAS AGUAS. Es un hecho y en un plazo no lejano vamos a poseer una cantidad considerable como lo será el disponer de 122 litros diarios por habitante, cantidad superior a la que tiene Zaragoza, Barcelona, Sevilla y otras poblaciones.
Ahora que la gente de dinero y buena voluntad han contribuído al éxito es necesario que todos cooperemos con nuestra pequeña ayuda.
Tener agua en casa es ahorrar tiempo y eso produce economía y comodidad; ganando la higiene considerablemente; al rico y al pobre le  conviene la economía si por miramiento a gastar se hace es poca cosa, pero en cambio el beneficio que se obtiene directa e indirectamente es grandísimo. 
Por lo tanto se dará, cuando llegue el caso, un alto ejemplo haciendo la instalación en su casa; vivir con agua, con limpieza es vivir dos veces, con seguridad... el agua es la vida y más cuando reúne las cualidades de la de Arguizidagui. No seamos ruines y ya que la vida es corta, con higiene es agradable, cómoda...(El Tafallesico - Extraordinario de Ferias de 1913).

Llegamos al cruce con el camino que viene del Mocellaz. En las inmediaciones de la fuente de la teja, entramos un momento en la finca de Elena y José Marí. La tienen hecha un primor. Nos sentamos en el porche y contemplamos el valle. Hay olivos y algún ciprés. 
En la finca de al lado el dueño, tijeras de podar en mano, está quitando "las banderas" a sus olivos. 
- "Hay que quitar las ramas que tienen más de 45º grados, porque le roban la savia a la oliva y ésta no engorda" nos dice. 
Y añade "El olivo es lo más agradecido que hay. Si le echas fiemo y lo riegas cuando hay mucha sequía, como ahora, te trae toda la oliva que puede. Estos míos tienen quince años y mirad cómo están de fruto".
Salimos al camino.


En una finca de la orilla, a los viejos olivos no les llevan agua y la diferencia con los otros es notable. 


11,20 horas. Llegamos a la Fuente del Rey y subimos a la corraliza que está junto a los pinos de "los enamorados". 
Sin puerta y con varios agujeros en el techo, se encuentra en un estado de abandono total. La suciedad se ha adueñado de los rincones. Hemos conocido, hace años, cómo al caer la tarde llegaba el rebaño, con prisa, al ritmo monótono de los cencerros.
Bajamos hasta la vía férrea y por una senda estrecha, junto al río, llegamos a la estación del tren. Son las 11,45 horas
Hemos andado menos que otros domingos, pero esta vuelta por Valgorra ha merecido la pena en este cambio de estación. 

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