domingo, 29 de mayo de 2011

Una abejera (y media) en Valmediano









Para la tarde dan agua. Nadie lo diría viendo como ha amanecido el día. El cielo está azul y limpio como pocas veces. Atravesaremos Valmayor y nos adentraremos en lo más recóndito de Valmediano, en donde me dijeron que queda un abejera antigua, que como todas, se va desmoronando poco a poco. Hoy se presenta un día bueno. Un paseo por el extremo oriental del término; por la tarde, Olaizola y Bengoetxea se juegan el pase a la final del manomanista y después, en el Centro Cívico, la Banda nos ofrecerá otro de sus magníficos conciertos. Poco más se le puede pedir a un domingo.

Ayer no pude hablar con el Templao, pero sé que se encuentra bien. Sigue con sus entrenamientos semanales.

Son las 08,00 horas. Magán marca 15º y la farmacia 14º. El sol va a brillar con fuerza. No anda aire. Acompañado de Juanjo e Inma bajamos las escaleras del Conde y nos vamos hacia la Plaza de Toros. Pasamos por debajo de la vía y salimos a la carretera de San Martín. La cruzamos y entramos en el Escal para tomar el primer camino a la izda. y adentrarnos en Las Pozas para salir al Pontarrón.

"En 14 de de Abril de 1764 compareció Joseph Villanueva, guarda y manifiesta que ayer a las siete y media de la mañana cogió un jumento de Luna, "el espartero", en pieza de trigo en las Pozas de Juan Miguel Monreal" (Fernando Maiora Mendía)(Tafalla, del reino de Navarra).








Tomamos un momento dirección S. y torcemos en el primer camino de la izda. En suave descenso llegamos hasta el caserío de Valmayor o de Fernández. Son las 08,30 horas.

Continuamos por el camino en dirección E. Pasamos entre piezas de cebada y trigo. Las viñas verdean, luciendo sus débiles racimos. Llegamos a una pajera y seguimos adelante. En la bifurcación de caminos, tomamos el de la dcha. Por el de la izda. iríamos a la Falconera y saldríamos a la carretera de San Martín.










09,00 horas. En la orilla de una pieza de cebada nos encontramos con la primera abejera. Son los restos de una mayor. Se mantiene en pie de milagro.








Continuamos un poco más adelante y, de frente, nos encontramos con la otra abejera. Es una sólida construcción de piedra. La parte posterior se ha derrumbado pero la frontal está, dentro de lo que cabe, en bastante buen estado. Está orientada al S. y la protege un pequeño cerro que servía de abrigo a la importante población apícola.








En la Gran Enciclopedia Navarra podemos documentarnos sobre esta actividad tan arraigada.

Ahora nos vamos hacia los pinos de Valmediano. El camino termina en un barranco y por el orillo de dos piezas llegamos a un lugar increíble.








Son las 09,25 horas. Subimos por una pequeña senda y nos paramos a tomar un bocado en un pequeño almendrolar que conforma un valle de reducidas dimensiones. Nos deja atónitos. El silencio es total. Nos sentamos y, mientras saboreamos el bocadillo, contemplamos con asombro lo que nos rodea. Es la primera vez que estamos ahí y... hemos de volver más veces.

Juanjo que, ya lo he dicho en alguna ocasión, es el bertsolari del grupo, improvisa unos versos:

"Si me quieres encontrar, ya sabes mi paradero,

en el monte Valmediano, donde se pierde el sendero".






Terminamos y subimos hasta el final de la hilera de almendros. Entre los pinos se asoma el vértice geodésico de Valmediano. Nos vamos allí.

Por una pieza lieca, llenándonos de pinchos hasta la rodilla, salimos hasta la campa donde se encuentran las cuatro, para nosotros, enigmáticas grandes rocas.






Son las 10,00 horas. Por la marcada senda llegamos a la "cima" de Valmediano. Mi gps marca 475 mts. de altitud. La placa del Gobierno Foral dice que 473,1 mts.

La vista desde aquí, y más en un día como hoy, es magnífica. La arqueóloga Rosa Armendáriz dice que hubo aquí asentamientos prehistóricos. Es una atalaya única. La visibilidad defensiva es total. Valmayor, con el prado y el caserío es fantástico, pero Valmediano tiene un encanto especial.








"Año 1943. En la Plaza de Toros, las tafallesas Nicomedes Mendía, Juliana Orzanco, Anita Izuriaga y Paz Flamarique, con todas las sobrecamas de la ciudad, vistieron de color y fantasía a tres honorables tafalleses que inauguraron una dinastía que aún dura; y Zudaire, con juegos de lápices, pinceles y cremas puso años en sus caras asustadas, Virto, Berango y de negro un moreno natural y fornido Florencio Aoiz, "el Templau", que en la mañana de su fulgurante reinado estuvo cogiendo olivas en Balmediano. Este negro, como había estado de soldado en Africa, no tuvo problemas a la hora de representar su papel en gestos de saludos, y aún monosilabeó palabras en árabe de Paz y Felicidad, ataviado con un hermoso turbante verde y una gran esmeralda, comprada aquella tarde en el Bazar de Aramayo" (P.M. Flamarique)(Cajón de sastre tafallés).

Bajamos de Valmediano. Por buen camino arreglado para los riegos, atravesamos el prado de Solcanto y salimos al camino del Escal, junto al Vivero. Son las 10,35 horas. Nos planteamos cruzar la pasarela sobre el Cidacos y volver por Gerón pero, dada la hora, decidimos volver por el Escal.








Al pasar por la Recueja nos acordamos del malvado Chanforrín. Llegamos a Los Cascajos y tomamos el camino de la izda. Son las 10,35 horas. Nos adentramos por el camino de La Rana. Los huertos , viñas y piezas de cereal se suceden. Hay tramos con unos nogales frondosos que dan una apetecible sombra al camino. Los ciruelos y avellanos "se aprovechan" de la cercanía de la acequia para crecer y dar sus frutos. En un huerto, cerca ya del pueblo, una ruidosa cuadrilla de hombres está preparando un calderete que "huele que alimenta". Llegamos al paso subterráneo que hemos pasado a la ida. Cruzamos la carretera y a las 11,05 horas estamos nuevamente en las inmediaciones de la Plaza de Toros.

Con el regusto del rincón que hemos descubierto en Valmediano, nos despedimos hasta el domingo que viene.

domingo, 22 de mayo de 2011

Un año más, a Catalain



Anunciaban bueno para el fin de semana. La comisión organizadora de "nuestra" romería a



Catalain encontró este domingo libre en la ermita, será por lo de las elecciones y, decidió convocarnos a los descendientes de la Valdorba.

Ayer me llamó Juanjo y me dijo que quería subir a Catalain. Me dio una gran alegría. Por la tarde también recibí la llamada de Goyo para apuntarse al grupo. Otra alegría.
¡Qué cosas pasan!. Días atrás pensaba que este año iba a ir solo. Luego conté con mi mujer y con mi hijo Manuel y... ahora resulta que vamos a subir un grupico "apañao".
Son las 07,30 horas. Magán marca 17º y la farmacia 16º. El día esta con pocas nubes. Anda algo de cierzo que nos va refrescar durante la marcha. Llego a la Plaza con Inma y Manuel y nos están esperando Goyo, Juanjo y su hijo Juan José. Rosa va a subir en coche y llevará la guitarra de Inma para que acompañe los cantos durante la misa.
Salimos por los jardines. Junto a la cafetería de Vélaz nos espera Oscar, amigo de Manuel, de ascendencia de Amatriain. Caminamos por el camino de Macocha. El campo está impresionante. La mañana, apetecible para andar. Los chavales se adelantan hasta perderlos de vista. Llevamos una conversación animada. Contamos y repetimos anécdotas de otras romerías. Esta hace la número veintidós y nos ha pasado de casi todo. Calor, frío, lluvia, lumbagos, ...

Pasamos por debajo de Pueyo, junto a la estación del ferrocarril, y allí nos está esperando Pedro. Le han hecho faena. Le tocó en suerte ser suplente de mesa electoral y ha tenido que estar a las 8 de la mañana en la constitución de la mesa. Como no ha habido ninguna novedad ha salido pitando, ha cogido el coche y se ha venido a esperarnos. No se ha querido perder caminar un rato con nosotros.




08,45 horas. Fuente de Arambero. Paramos un momento. Echamos un trago. La fuente no baja muy fuerte. Se nota la sequía. Se necesitan unas lluvias, suaves para no hacer mal al cereal, pero abundantes.

Seguimos adelante por el primer camino a la derecha. Pasamos el corral en ruinas y continuamos entre campos de trigo. El cereal está prieto, lozano.


Nos detenemos un momento a contemplar la vista de Pueyo desde el N. Del caserío de San Lorenzo hasta Unzué, los campos son alfombras verdes y amarillentas que se mecen perezosamente empujados por el viento.
El terreno comienza a descender. Vamos cerca de la vía y del río. Salimos al llano, a un camino de concentración que nos lleva hasta la vieja estación de Garinoain.
Son las 09,30 horas. Hacemos una breve parada entre la depuradora y la estación. Salimos a la carretera general y subimos a Barasoain. En el frontón, cuatro esforzados pelotaris juegan un partido a frontenis y en algunos tantos parece que les va la vida. Salimos a la carretera de Leoz.
Como todos los años, en unos bancos de una nueva urbanización, hacemos nuestra parada final.
Son las 09,45 horas. Sacamos las cantimploras, los pistachos y esperamos al autobús de Tafalla, que llega al instante, para bajar en procesión hasta la ermita. Juanjo, que es un organizado, ha traído en un termo café, galletas y fruta.
La procesión arranca del puente de la autopista. Nos incorporamos a ella mientras nos saludamos con la cabeza con conocidos de otros años.



"Por la carretera penitencial, antes surcada por todos los carros de trigo y remolacha, nos acercamos, rezando, a la ermita-basílica de Catalain. Nos ha dejado la llave el "Abad de Catalain" o cura de Garinoain, que según los libros bien gastados de cuentas, será siempre Abad, mientras el mundo sea mundo.
Abrimos la puerta, bajo el tímpano y bajorelieve bien repristinados y, oímos ecos de cantos valdorbeses, allí, como en sortilegio guardados desde la última romería primaveral: ¡Que viva, que viva la Cruz Sacrosanta!. Adoramos al cristo moribundo, de escuela francesa y talla adulta y grande. Y, silencioso salgo, que mi fiel Sultán se ha quedado en la puerta, respetando mis oraciones y sin entender mucho de ábsides y capiteles" (P.M. Flamarique Zaratiegui)(La Valdorba de arriba a abajo).




A las 10,30 horas comienza la misa. Hay un momento especialmente emotivo cuando se recuerda a los difuntos que otros años han participado en la romería. En el templo hay muchas caras nuevas; son los familiares de esos fallecidos, a los que se les ha invitado expresamente. A modo de pequeño homenaje, estos son los que nos han dejado este año: Eusebio Ibar, Sor Victorina Guillén, Resu Marquina, Felisa Flamarique, María Liberal, Vitori Jiménez, Manolo Ainzúa, Juanito Olcoz, Davi Rodríguez, María Teresa Arricibita, María Consuelo Hualde, José Luis Goñi, Jesús María Arzoz, Blanca Esther del Castillo, Marino Oroz y Fulgencio Oroz.

Al terminar la misa se rinden cuentas. A diferencia de otros años, el pasado hubo un pequeño déficit que se compensa con los superavits anteriores.
Y es el momento de, como diría mi primo José Mari, "una vez tomados los alimentos espirituales, tomar los corporales".
Los organizadores, que trabajan a destajo, preparan unos bocadillos de magras con tomate a 3 €, bebida incluida, que desaparecen a medida que los envuelven en las servilletas de papel. Da gusto ver a hombres y mujeres mayores que han padecido privaciones y soportado duros trabajos en estos pueblos, comer el almuerzo mientras ríen y cantan. Porque para amenizar el rato, las "Margainas" y alguna otra sacan las guitarras y desde jotas hasta rancheras, pueden con todo.



En una pequeña mesa hay unas maquetas de Catalain y del hórreo de Iracheta. Miguel Valencia ha prestado dos cuadros de tallas y Pedro Arregui ha llevado un magnífico paisaje de toda esta zona. Flotildo Martínez esta vendiendo el libro que ha publicado recientemente: Catalain , corazón de la Valdorba. Inma lo compra y le pide que me lo dedique. Se lo agradezco mucho. "A Javier con raíces en Benegorri. Catalaín 22 de Mayo de 2011. Flotildo Martínez".
Pasadas las 12,30 horas nos volvemos para casa.

El domingo que viene, si el tiempo lo permite, queremos dar una vuelta por Valmayor.

Catalain 2011 at EveryTrail
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domingo, 15 de mayo de 2011

Valdetina-Buskil








Son las 7,20 de la mañana. "Hoy es día de San Isidro, labrador insigne, gran madrugador". Los auroros, cerca de casa, entonan la aurora del patrón de los labradores que compuso José Preciado a finales del siglo XIX. El día viene bueno. Para las gentes del campo hoy es un día grande: Procesión, Misa Mayor y comida multitudinaria. Al contrario que ayer, que estuvo frío y nublado, hoy va a lucir el sol y aunque siga el cierzo, no tiene comparación.

Ayer le llamé al Tamplao cuando regresó de su hora y media de paseo. Va bien, pero no me va a acompañar el domingo que viene a Catalain. No puede por razones familiares y además prefiere esperar a su visita al médico.

Mi sobrina Uxue no conoce el Buskil y mis planes eran ir con ella y con mi mujer allí. A última hora, Inma, "se cayó del cartel". Así que saldremos la sobrina y el tío.

Son las 08,00 horas. Magán marca 11º y la farmacia 10º. Sopla el cierzo y el cielo está despejado. La cuatro gotas que cayeron ayer no se van a notar en el campo.

Salimos por los jardines. Vamos a hacer la subida clásica. Quiero llevar a Uxue por todos los que yo considero "puntos de interés". Presa de Recarte, Molino de Macocha, falda de la Gariposa, Valedetina, Buskil, balsa de Lucas, Caserío del Monte y Corral de los Toros.




Pasamos por la zona de Recarte. En la presa el agua corre alegre. Seguimos camino adelante hasta llegar al cruce de la Pedrera. Son las 08,20 horas. Un grupo de ciclistas sube en dirección Pueyo y nos saludan ruidosos.

Nos adentramos por el camino que lleva a Valdetina. Las cebadas y los trigos están hermosos. Solamente las viñas dejan ver la tierra. En las encinas y los enebros de La Gariposa, los pájaros compiten entre si, con mucho alboroto, sintiéndose seguros en la espesura del bosque.



09,00 horas. Fuente de Valdetina. Sus caños echan agua. Los dos abrevaderos están cristalinos, señal inequívoca de la limpieza del agua. Paramos un momento en el merendero, a la sombra de los plátanos y acacias. La mañana está fresca. Decidimos continuar. Almorzaremos en Buskil.





Cuando termina el camino decido seguir más a la izda. y evitar las empinadas ezpuendas que tenemos enfrente. Orillamos una extensa pieza con las cebadas altas. y llegamos al final de una isleta. No hay solución: o la atravesamos o volvemos hacia atrás. Estamos en estas cuando llega un todo terreno a la otra orilla. Se baja el conductor y se acerca a nosotros por medio de la pieza. Cuando se va acercando lo reconocemos. Es Javier "gregorico", dueño de la pieza. Le decimos que no nos atrevíamos a pasar, pero que viéndole a él.... Nos dice que crucemos con toda tranquilidad que lo que tumbemos ya se levantará.

Seguimos adelante. Al llegar a la otra orilla, nos volvemos y vemos a Javier observando el cereal. Va andando por medio de la pieza, como si estuviera en barbecho. Ver para creer.

Por el orillo de otro sembrado, mucho más pobre que el anterior llegamos al Buskil. Son las 09,30 horas.
28 de Noviembre de 1699. Pedro Berruezo está harto de pasar frío. Va al Busquil y se tira "un encino muy grande, el mayor que había en todo el Monte". Se lo trajo a casa en dos carretadas, por mitad de la calle pública. Su fogón ya estaba alimentado hasta la próxima primavera. Claro que si todos hicieran lo mismo no habría Monte: fue denunciado y dijo que tenía licencia. No era cierto y acabó en la cárcel. (J.M. Esparza Zabalegui)(Historia de Tafalla. Tomo I).

Nos sentamos a tomar nuestro bocadillo. Uxue me dijo que quería comer sardinas con tomate. A una sobrina y, además, ahijada no se le puede negar nada. La verdad es que sentados al abrigo del cierzo, mirando al S., desde esta atalaya, cualquier cosa que tomes tiene un sabor distinto.

Terminamos de almorzar y damos un repaso al paisaje que tenemos al N. Hacemos un abanico de dcha. a izda.: San Pelayo, Izaga, la Higa, la Peña, Alaiz, El Perdón (Erreniega), San Donato, Andía, Urbasa, Montejurra, y entre la bruma, se adivina Codés.

Salimos dirección N. Después de orillar un sembrado llegamos a la primera de las piezas que están plantadas de lavanda. Las matas están lozanas, tupidas. Nos frotamos las manos y el aroma en la nariz dilata los pulmones y respiramos mas intensamente. Pasamos la siguiente pieza y salimos al camino principal. A las 10,10 horas llegamos a la caseta redonda que está en el cruce de caminos. Giramos 180 grados y volvemos dirección S.

Enseguida el camino empieza descender. Nos deleitamos con la repoblación de pinos y los nogales bien cuidados de Tapia. Seguimos adelante y llegamos a la balsa de Lucas. Uxue no la conoce y le gusta. Necesita una limpieza de carrizos. En todo el trayecto no hemos visto a nadie. El día sigue fresco, pero el cielo está limpio y, en los abrigos sobra ropa.



10,35 horas. Caserío del Monte o de Camón. Es uno de los mejor conservados de Tafalla. El edificio es magnífico.



El cartel anunciador de la subida al Buskil , está deshecho. Habrá que revisar de nuevo los Senderos Locales y reponer los carteles y postes indicadores. El abandono y la desidia son incomprensibles.

En 18 de Julio de 1842. Luis Ozcáriz, vecino de esta ciudad, bajo juramento que presta dice, que el día dieciséis a las diez de la mañana ha prendado ha Clemente Soto segando avena o naaja, en pieza de Pancho el Bueno, término del Monte.(AMT, L-83. Año 1842) (Fernando Maiora Mendía)(Tafalla del Reino de Navarra).

Seguimos en dirección E., por el camino de abajo. Un grupo de cicloturistas suben, por la carretera, hacia Artajona. Algunos van tan sobrados que se les oye cantar jotas. En quince minutos llegamos al Corral de los Toros. No nos detenemos. En lugar de seguir por el camino que nos sacaría a la crta. de Artajona, tomamos el primer cruce a la izda. y eso nos permite seguir andando un rato más por el campo. Por fin, este camino sale al canal. Cruzamos el puente. Baja agua.
Son las 11,15 horas salimos a la carretera. A buen paso entramos en el pueblo. Son las 11,30 horas. Al llegar a la Cuatropea oímos tocar a la Banda. Es la procesión de San Isidro. Acaban de bendecir los campos y se dirigen hacia la calle de la Feria.

El domingo que viene subiremos a Catalain. Un año más se nos ha convocado a los descendientes de la Valdorba a la romería y..., no podemos faltar.



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domingo, 8 de mayo de 2011

A Romerales por los Altos del Planillo


Echaba de menos las salidas al campo. Entre el domingo de Pascua y el viaje a Ujué con Los Doce, llevaba tres semanas sin dar una vuelta por el término. El paisaje, sobre todo las cebas, en veintiún día cambian completamente. Ayer llovió abundantemente pero, como las predicciones eran buenas, no nos desanimamos.

Le llamé al Templao para preguntarle, entre otras cosas, por la romería a Ujué del domingo pasado. Me dijo que le había ido estupendamente. Hizo la ida andando y también bajó hasta San Martín. Allí se montó en coche porque, aunque podía haber venido andando a Tafalla, no se arriesgó a quedarse frío en la Estación, esperando al resto de romeros, para entrar en Santa María. Comió, como siempre, en un bar, con familiares y amigos, y fué para él un día muy emocionante.

Después de esta "prueba de fuego" le animé a que saliéramos hoy al campo, pero me dijo que no las tenía todas consigo. Dentro de unos días tiene visita médica y después, ya hablaremos.

Salimos, pues, mi mujer y yo. Le voy a llevar a Inma a la zona más elevada de los Altos del Planillo; quedan los restos de un pequeño vértice geodésico. Su bisabuelo Martín Iriso solía llevar allí a su tío Manolo, de chaval, cuando venía a Tafalla.

Son las 08,00 horas. Magán marca 12º y la farmacia 11º. El asfalto está seco pero sabemos que vamos a pisar barro. El día está gris, oscuro. En la ladera del Plano, hacia el Curtido, la niebla no se quiere ir. Tardaremos en ver el sol, pero lo veremos. "Mañanitas de niebla, tardes de paseo".












Atravesamos varias calles de la urbanización de chalets: Milagro, Santacara, Miranda de Arga. Llegamos a la cooperativa agrícola y comenzamos a descender. A nuestra derecha Margalla; a la izda. el Caracierzo de la Celada y Gallos Cantan. El campo luce hermoso. Los endrinos y las ilagas ya han perdido la flor, pero las zarzas de escaramujos han florecido y nos siguen recordando que es primavera.
"Año 1696. El dicho guarda declaró que en 17 del presente mes, prendó un perro de Juan de Sagües, en una viña de Don Gerónimo de Belzunegui, en el término de Margalla. En dicho día pareció Sagues y oído remite se cite a Miguel de Ororbia para la primera. En 27 del dicho pareció Ororbia y dijo que el perro no es suio, ni lo llevó este día, sino que fue detrás de él al campo, habiéndose juntado con una perra del dicho Ororbia, no obstante de haberle tirado de pedradas para que se fuese. (AMT. C-1220/2)" (Fernando Maiora)(Tafalla del Reino de Navarra).

Cruzamos la carretera de Miranda y tomamos el camino de El Planillo. Son las 08,25 horas. No hay nadie por el campo. En la Laguna, algunos pájaros vuelan tan bajo que alteran la calma de la superficie. La niebla, aunque está alta, es persistente. Antes de llegar a la hípica rebasamos un viña emparrada, limpia y cuidada y una extensa pieza de cebada que promete una excelente cosecha. Continuamos por ese camino y no tomamos los dos caminos que descienden a la izda. Nos bajarían al Prado de Rentería y nuestro objetivo es subir a los cortados. El camino poco a poco va ascendiendo. Los romeros conviven con las ilagas y éstas con los tomillos. El suelo es pobre, calizo, pero el lugar es una maravilla.








A las 09,00 horas llegamos al punto más alto. Hay una mojón que indica la antigua cañada y en el suelo queda una pequeña base de hormigón, con un agujero en medio, que tuvo que ser una "piedra blanca" en miniatura. Cuando hicieron esta base, alguien toscamente escribió: "D.F.N. Respeten". Desde este punto la vista es extraordinaria. Al N. está el caserío de Valdiferrer, que como si se tratara de un cementerio elevado, muestra su inconfundible silueta rodeada de cipreses que lo protegen de las cierceras invernales. A nuestros pies, el Prado de Rentería. Le ha llegado el regadío y las cebadas comparten espacio con la alfalfa. Al O. Valditrés, la cantera de Ros y Tamarices y un poco más arriba, entre los pinos, la Torre de Beratxa se asoma, curiosa, al oir nuestras voces. Inma se imagina a su bisabuelo contando historias de rebaños, tormentas y canciones en la cosecha.







El camino empieza a descender. Llegamos a un pequeño portillo que nos sacará al camino principal que va a Valditrés. A las 09,20 horas llegamos allí.

Continuamos hacia el SO. Este camino nos llevaría, si no lo abandonáramos antes, a Tamarices y de allí subiríamos a Candaraiz.








Nada más pasar la Cantera de Ros o de Malamadera, entramos en el primer cruce a la izda. porque nos vamos a la Balsa de Romerales. 09,30 horas. En este camino, en las primeras rocas que nos pueden servir de asiento, paramos y tomamos nuestro pequeño bocadillo. Los cerros están repoblados de pinos. En los campos, además de cebadas, hay trigos. Las espigas, con las cabezas desnudas, lucen un verde oscuro, fuerte, en contrataste con sus cebadas vecinas que empiezan a blanquearse para luego amarillear. Paramos lo imprescindible porque hay mucha humedad. Seguimos por ese camino. Han comenzado a hacer limpieza en los pinares. Era necesaria. Hace un mes, más o menos, pasé por aquí y no había ningún trabajo. Van a salir muchos camiones de tronquillo y ramaje.














10,05 horas. Balsa de Romerales. Está espléndida. Nos sentamos un poco a disfrutar de este paisaje. En el cielo se están abriendo grandes claros. La niebla se está despejando. El silencio se puede "oir". En la balsa, como si fuera un espejo, se reflejan los cerros repletos de romeros y el verde del cereal que llega hasta la orilla. Pocos lugares habrá en Tafalla que tengan esta "magia". Cuando se ha conocido este sitio, no puedes dejar de venir una ó dos veces cada primavera. Inma me dice que esto estará así desde hace cien o doscientos años. En la orilla se podría quedar toda la mañana.

Volvemos. Orillamos una pieza sembrada de trigo y por otra, que está lieca, salimos al camino que lleva al vertedero. Han echado una buena capa de tierra, tapando las basuras. En un par de años lo veremos como un cerro más de Romerales. Por esa carreterilla continuamos. En el Caserío de La Laguna los perros nos reciben ruidosos. No hay nadie. Tengo ganas de pararme algún día y echar una parrafada con los que lo llevan ahora. "Prado de La Laguna.: Yermo destinado a pastos, contiguo al embalse endorréico y al antiguo camino de Miranda a Tafalla. Es propiedad municipal desde tiempo inmemorial. En 1500 se produjeron roturas abusivas que motivaron medidas del concejo contra "todos los que an rompido en la Laguna". Reserva ecológica cuidada por Anan". (J.M. Jimeno Jurío)(Toponimia histórico-etnográfica de Tafalla)

El sol luce con fuerza. Nos obliga a quitarnos ropa. 10,50 horas. Crta. de Miranda. Tomamos el camino de enfrente y después, el primero a la izda. La Cuesta de la Calera sube haciendo algunas curvas hasta El Plano. Nuestro camino discurre paralelo a la carretera. Si lo siguiéramos hasta el final, saldríamos al túnel de la Lobera.

Volvemos a salir a la carretera y enseguida llegamos al camino por el que hemos venido a la mañana. Ahora a nuestra izda. está el cementerio y a la dcha. el Caracierzo de la Celada con su viñas cuidadas. Nos saludamos con algunos paseantes y poco a poco llegamos a la cooperativa agrícola. Entramos en la "civilización". Son las 11,30 horas.

La zona del Alto de las Cruces y la Pesquera han dejado de ser campos y se han convertido en calles de la Tafalla actual.






domingo, 1 de mayo de 2011

La Hermandad de Los Doce en los años 70



Este artículo lo publicaron en la revista La Voz de la Merindad, en el nº 211 del 15 de abril de 2011



(Foto realizada por Daniel Andión el 1 de Mayo de 2011)


Hace más de tres décadas que el tafallés Julián Pernaut Jusué, entonces miembro en activo de la Hermandad de los Doce Apóstoles, escribió en el periódico Deia el artículo que se reproduce a continuación.




Tafalla en 1978, año de su publicación, vive momentos convulsos. El paso de la dictadura a la democracia no es fácil. La crisis económica golpea con dureza a la ciudad, pero la vida cotidiana continúa. La Peña Sport celebra sus bodas de oro, los auroros tafalleses son anfitriones de la Concentración de Auroras de Navarra. En la iglesia de Santa María se celebra un funeral multitudinario por los fusilados republicanos de 1936.

Los Doce, cumpliendo una tradición que tiene entonces más de tres siglos de antigüedad, salen en silencio, camino de Ujué, la noche del 30 de Abril.




La Ribera de Navarra peregrinó al santuario de Ujué. (Artículo de Julián Pernaut Jusué).

Las peregrinaciones hasta el santuario de Ujué comienzan en el año 1043, después de la batalla de Altafailla (hoy Tafalla) que libró don García de Navarra frente a los moros coaligados de Huesca, Zaragoza y Tudela, capitaneados por Ramiro de Aragón.

Una promesa que inicia Tafalla, y que más tarde engrosó con la incorporación de otras poblaciones. Sin embargo, en Tafalla, y el primer dato oficial es de 1607, se formó una hermandad que imprimió una mayor seriedad en el recorrido. Hoy 371 años más tarde, Deia siguió de cerca esta fila entunicada, seria, penitencial y muda (tan sólo los ruidos de los faroles entrecortaban la noche), que, a las doce de la noche y tras el acto de contrición, partió de Tafalla.

La hermandad la forman los doce hermanos en activo, juntamente con su capellán: Pedro María Flamarique, pero a la marcha se suman los hermanos veteranos, que curiosamente son los que marchan en primer lugar y a continuación los hermanos en activo, son 10 años de viaje por riguroso orden de antigüedad. Para poder pertenecer a esta hermandad, cuyas constituciones (hoy el reglamento de la hermandad) fueron formalizadas el día 4 de Abril de 1674, en presencia del prior Juan Manuel de Cemborain, es preciso que algún familiar haya pertenecido a ella y hay que guardar un tiempo hasta que se produzcan bajas. “Desde luego, nos señalan, es imposible que esto desaparezca, porque en Tafalla está muy arraigado. La Virgen de Ujué es algo propio de los tafalleses”.

Entre los hermanos hay gente de todos los niveles sociales: un magistrado, empleados de banca, obreros, agricultores, funcionarios, algún jubilado y estudiantes. Una mezcla curiosa, que se siente orgullosa de pertenecer a los “Doce”, y que se reúne en varias ocasiones del año, pero cuyo día señalado, primordialmente, es el de la noche del primero de mayo.

Los hermanos, van entunicados, portando un farol y un báculo –por eso se llama la Hermandad de los Doce Apóstoles- de madera. Un crucifijo en el pecho y una intimidad que exponer a la Virgen Morena de Ujué. Poco antes de abandonar Tafalla los hermanos forman un círculo, junto al mirar curioso e impávido de los curiosos. El capellán, dirige una breve plática, para con el “procedamos in pace nomine Cristhi”, proseguir la larga marcha hasta Ujué, que dista 20 kilómetros de Tafalla.

El orden de la fila se mantiene hasta el caserío de Femate, donde se efectúa una breve parada, bajo el saludo del Ave María Purísima. Los hermanos relajan las piernas o se encienden un cigarro. Se reinicia la muda hilera, que a la altura del puente de San Martín realiza otro breve relax, hasta continuar a la Cruz del Saludo, a dos kilómetros de Ujué. Atrás han quedado las curvas de una estrecha y ascendente carretera, los rosarios y los rezos desgranados en silencio.

Una vez en la Cruz los hermanos se agrupan, rompen su fila y entran en Ujué hermanados, rezando rosarios, para a continuación celebrar la misa, al filo de las cuatro de la madrugada. Un frugal desayuno a base de café y un pequeño bollo, sin que falte un poco de anís, para reconfortar los cuerpos, ni los modernos “spray” con que aliviar los dolores. Un rato de charla y anécdotas, para a las seis de la mañana despedirse de la Virgen, con el vibrante: “Adiós reina del cielo”, con nuevo rosario hasta la Cruz del Saludo. Mirando hacia ella una Salve, con la basílica a la izquierda y la llana Ribera al fondo, ya que justo en ese punto, se acaba la estribación montañosa y el pueblo de Ujué da la impresión de despeñarse por la loma, hasta confundirse con la planicie ribera. Ujué tiene un paisaje seco, francamente áspero que imprime austeridad, y como dijera Joaquín Arbeloa: “Ujué es el grito de la angustia de los hombres de Dios” cuyo nombre aparece documentado por vez primera en el año 1011, sin que se descarte la posibilidad de que fuera fundado en el siglo IX por Iñigo Arista o aún antes.

El retorno, todavía de noche, se hace más descansado, sin la uniformidad de la ida, pero rezando rosarios y a continuación los responsos. A la altura de San Martín de Unx, tuvieron que paralizar la marcha, para concluir los responsos por los hermanos de la hermandad a quien se menciona con nombre y apellidos. En San Martín, la hermandad, tomó de nuevo su forma inicial, pero la iglesia de Nuestra Señora del Pópulo,… reformada este mismo año, no estaba abierta, y los “Doce” de Tafalla, salieron de San Martín de Unx, en silencio, para arribar al caserío de Femate –antes había un camino para entrar con mayor comodidad, pero en esta ocasión los hermanos tuvieron que hacer un recorrido mayor- donde un hermano, en activo y de baja por accidente, les había preparado un sabroso calderete. Tafalla está más cerca, pero los rostros de los romeros denotan cansancio. “Antes, nos comentan, los hermanos tenían menos problemas, porque andaban más, pero ahora se anda menos. Incluso la gente del campo hace uso de tractores y máquinas, lo que pone en dificultades los pies. El sacrificio se nota, aunque algunos también se entrenan antes de venir”. Los rayos solares comenzaban a calentar la mañana, y contrastaba con el silencio de las viñas desnudas, prometedores trigales y las impresionantes cebadas que auguran una buena cosecha cerealista. Los hermanos hablaban del estupendo tiempo que les había tocado, en contraste con la romería del domingo en que las túnicas y los cuerpos se calaron de agua. Concluido el almuerzo se reorganizó la marcha, hasta la ermita de San José, a un kilómetro de Tafalla, para entonar el “Regina Coeli” y desde aquí, con los rostros cubiertos por los negros capillos y las túnicas echadas, iniciar la entrada, a las doce en punto del mediodía, en la iglesia de Santa María.

Mayores y niños, desde los bordes de las aceras, contemplan y cuentan -24 fueron los hermanos de este año- a estos anónimos hermanos, que hoy en pleno 1978, mantienen intacta la misma fe, espiritualidad y sentimientos, con férrea tradición, tan chocante y contrastada con los tiempo actuales, emanada en 1607, y que en versión de sus integrantes “No acabará nunca”. El honor de ser hermano es casi vitalicio, y los tafalleses, sin distingos sociales, se sienten orgullosos de este sacrificio anual, que se inicia a las doce de la noche y concluye a las doce del mediodía del primer día de mayo. Una tradición que pasa de padres a hijos como una herencia legítima, sentimental, y profunda, como marcando el carácter y la idiosincrasia de una población.